Todos lo sabemos: las relaciones son complejas. Ya sea con la pareja, con los padres, o con los hijos (o con cada uno de ellos), ellas requieren de un sinfín de ingredientes para dar fruto. ¿Pero sabía que, en lo que a relaciones se refiere, también se ve afectado el hormigón? Aunque le cueste creerlo, la relación agua/cemento juega un papel fundamental en cuanto a la composición del mismo.
La relación agua – cemento: un frágil equilibrio
Relación A/C 101: lo básico
La relación agua-cemento se puede definir como la razón entre el contenido efectivo de agua y el contenido de cemento en masa del hormigón fresco. (Para los que desconocen, el contenido efectivo de agua es la diferencia entre el agua total presente en el hormigón fresco y el agua absorbida por los áridos, mientras que el contenido de cemento en masa del hormigón se trata más bien de los kilos de cemento.) El concepto en sí de la relación agua-cemento fue desarrollado por el investigador norteamericano Duff A. Abrams en 1918 – el mismísimo que nos trajo el Cono de Abrams para medir la consistencia del hormigón – estableciendo la razón existente entre la relación agua-cemento y la resistencia a compresión simple del hormigón endurecido.
Frágil equilibrio o por qué no echarle agua al hormigón indiscriminadamente
“Échale un poco de agua que viene duro” – palabras tristemente recurrentes en las obras, y que tienen unos resultados muy negativos en las propiedades del shotcrete. ¿Por qué, se pregunta? Porque cada vez que un operador, un conductor de hormigonera, o cualquier otro profesional implicado en el proceso, añade agua al hormigón (con una manguera dirigida hacia el interior del mixer – al menos que se tenga una máquina Putzmeister, claro está, la cual automatiza el proceso), lo que está haciendo es alterar la frágil relación agua-cemento. Y esto puede tener dos graves repercusiones a nivel de calidad:
La pérdida de resistencia
El contenido en cemento habitual de un m3 de hormigón proyectado está entre 400-450 kg/m3. Para simplificar, tomemos un valor intermedio de 425 kg/m3 y una relación agua-cemento de 0,45. Esto significa que en 1 m3 de hormigón tenemos:
- Cemento 425 Kg
- Agua: 425 Kg cemento x 0.45 Kg agua/Kg cemento = 191.25 Kg agua
Ahora bien, imagínese que el operario en cuestión tome la manguera de agua, porque le parece que el hormigón está muy duro. En tan solo un par de minutos, suponiendo que una manguera puede dar entre 30 a 90 litros/minuto, se le ha añadido a la cuba de hormigón, que contiene 6 m3, nada más y nada menos que entre 60 y 180 litros de agua. Esta cantidad provoca que nuestra relación agua-cemento se vea modificada desde 0,45 a 0.473 – 0.52.
Y esto, afecta directamente la resistencia del hormigón, que ha pasado de tener 30N/mm2 a tener 24,8 N/mm2 – o una pérdida del 17% de la resistencia a compresión a 28 días (véase la gráfica al final de este post).
La pérdida de durabilidad
Al igual que la resistencia, la durabilidad también se ve afectada cuando se altera la relación agua-cemento. Por ejemplo, cuando esta última es alta, las partículas de cemento están muy espaciadas entre sí.
Esto provoca que cuando se produce el fraguado, los productos de la hidratación del cemento no cubran todo este espacio y queden pequeños poros. Por lo que a mayor relación agua-cemento, mayor es la porosidad del hormigón y, por lo tanto, menor es su durabilidad.
Contrariamente, con una relación agua-cemento no elevada, menor es la porosidad y mayor la durabilidad.
Conclusión: mejor resistir la tentación
Como toda relación, la de agua y cemento es compleja – y ahora sabe por qué. Entonces en vez de alterarla echándole agua de sobra, lo mejor es resistir la tentación. Y si el hormigón no viene con el cono de la especificación, le recomendamos que devuelva la cuba a la planta.
Fuente | bestsupportunderground.com
Comments (4)
Glodoaldo Macedo - 22 junio, 2017
Esta relación agua-cemento es básico para garantizar la calidad del concreto empleado en nuestras obras, es responsabilidad de los profesionales el control y la enseñanza al personal que labora directamente con concreto la razon de no aplicar mas agua.
Edgardo Mosco - 24 noviembre, 2017
El problema no se termina en la hormigonera: vemos muchos pavimentos de hormigón que al poco tiempo de entrar en servicio muestran exceso de piedra en la superficie, con la consiguiente pérdida de adherencia de los vehículos. Eso es debido a que durante la terminación del pavimento, el personal suele rociar la superficie con agua para facilitar el alisado. Esa práctica provoca pérdida de resistencia en la superficie y es la culpable de que se desprendan los finos.
CONSPER - 22 febrero, 2019
Hay que tomar en cuenta la densidad de los agregados para saber la influencia, y poder determinar cantidad de agua, uno de los factores que determinan la resistencia del hormigón.
Ricardo Ayala Kiretuz - 27 abril, 2019
Algo que deabió mencionarse dentro de la exposición es la temperatura del agua para la preparación de la mezcla. En zonas muy cálidas hay que poner agua helada (cerca de 6 a 8 grados Centígrados) para que toda la mezcla resulte con una temperatura no mayor de 30 a 32 grados C. Entiendo que deberán tocar el tema en otra parte. Saludos.