Como cada Domingo…

De regreso con unos chistes para este Domingo….

Era una vez que un borrachito estaba arriba de un poste, y llega la policía y
le dice:
– ¡Bájese de ahí!
Y el borrachito se baja y el policía le pregunta:
– ¿Quién es usted?
Y le contesta:
– ¿No se acuerda de mí?
Y le dice el policía:
– No, dígame quién es usted.
– Pero, ¿en serio que no se acuerda de mí?
– Ya le dije que no, dígame quién es.
– ¡Soy el mismo que estaba en el poste!

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Entra un borracho a su casa todo manchado con lápiz labial por todos lados hecho un desastre, y la mujer le pregunta:

–       ¿Hombre que te pasó?

–       Y el borracho le responde:

–      ¡No me vas a creer, me peleé con un payaso!

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Estaban dos amigos borrachos y uno le dice al otro:

–       ¡Oye amigo! ¿Cómo se matan los elefantes azules?

Y el otro le dice:

–       Fácil, agarras un rifle para matar elefantes azules.

–       ¡Ah! ¿Y cómo se matan los elefantes rojos?

–       Fácil, lo estrangulas hasta que se ponga azul, y lo matas con un rifle para matar elefantes azules.

– ¡Ah! ¿Y cómo se matan los elefantes verdes?

– Facil, le cuentas un chiste hasta que se ponga rojo de la risa, lo estrangulas hasta que se ponga azul, y lo matas con un rifle para matar elefantes azules.

– ¡Ah! ¿Y oye, cómo se matan los elefantes amarillos?

– ¿Desde cuándo hay elefantes amarillos?

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Un hacendado se va por negocios a la ciudad por dos semanas, y deja todo al cuidado de su capataz.
– Ya sabes, cuida bien todo, no vaya a pasar algo.
– No se preocupe patrón, que nada va a suceder.
– No sé, es que tú eres bien bruto.
Dos semanas después vuelve el hacendado.
– Y, Cholo, ¿Alguna novedad?
– No patroncito, nada ha pasado.
– ¿Estás seguro? Que tú eres medio bruto.
– Bueno, ahora que lo dice, sí pasó algo, se murió su gato.
– ¡Mi gato de angora! ¿Cómo que se murió mi gato?
– Se murió de indigestión.
– ¿Cómo que de indigestión? Si sólo comía atún y caviar.
– Es que comió carne de caballo.
– ¿Qué caballo?
– Su caballo pues patrón, es que se murió y había que aprovechar la carne.
– ¡Bruto! ¿Qué pasó con mi caballo de paseo?
– Se murió del esfuerzo.
– ¿Qué esfuerzo?
– Pues de cargar agua.
– ¡Agua! ¿Para qué?
– Para apagar el incendio.
– ¿Qué incendio?
– El de su casa, pues.
– ¿Mi casa de campo? ¡Qué le hiciste a mi casa!
– Nada, se quemó por la vela.
– ¿Qué vela?
– La del velorio de su esposa.
– ¡Mi esposa infeliz! ¿Qué le pasó?
– Se murió de la impresión.
– ¿Qué impresión?
– ¡Sí! De la impresión de ver a sus hijos ahogarse.
Y el hacendado le empieza a retar al capataz cuando éste suplicando dice:
– ¡Ya no más! ¡Ya no más patroncito! De haber sabido que se iba a poner así, no le contaba lo del gato.

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Soy agrónomo creo en el manejo holístico aplicado a todos los aspectos de la vida... Ningún evento es aislado, su efecto tampoco... Actualmente trabajo utilizando la hidrología aplicada al desarrollo urbano (aplicando las enseñanzas de mis maestros en forma inversa :o) :o).

Comments (1)

  • Reply adeluna100 - 9 abril, 2012

    Muy pero muy buenos, mil gracias por hacerme reir.
    Saludos.

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