Z2017 ha sido un año caracterizado por una clara tendencia alcista en los precios de electricidad y gas, no sólo en Europa, sino también a nivel global. Y en esta subida, el precio del carbón ha vuelto a jugar un papel clave. Esta commodity influye en los precios de electricidad, en función de su participación en el mix de generación, pero también en los precios de gas, como fuente de energía substitutiva.
El carbón en 2017
Durante 2017, los precios del carbón se han mantenido al alza sin freno, siguiendo el cambio de tendencia iniciado en 2016. Como sabemos, el principal influenciador en este mercado internacional es China y sus políticas al respecto, al ser el principal productor (48% del total) y a su vez principal consumidor (52% del total).
En su lucha por reducir la contaminación atmosférica de sus ciudades, China emprendió en 2016 un cambio de modelo energético, reduciendo su capacidad productiva con el cierre de muchas de sus minas, así como reduciendo las jornadas laborales, e incentivando el cambio hacia el gas natural en las industrias y en la generación eléctrica. Sin embargo, estos cambios en políticas energéticas requieren de tiempo e inversión.
Tras la reducción drástica en su producción, China se ha visto obligada durante estos últimos 2 años a importar carbón extranjero para poder cubrir su demanda, menos elástica.
Todo ello, ha comportado un aumento significativo de los precios del carbón a nivel global. Aunque la escalada de precios quedó frenada durante el primer trimestre de 2017, la baja hidraulicidad (también en China) ha provocado un aumento del uso de carbón para la generación eléctrica este año, impulsando de nuevo los precios.
En Europa, la referencia API2 ha llegado a alcanzar valores de 90$/ton a finales de diciembre, situándose en valores máximos de los últimos 5 años.
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El aumento de la demanda en China por la falta de lluvias, así como la recuperación económica en India y Estados Unidos, han permitido que este 2017 se salde con un aumento ligero en la demanda de carbón, después de dos años de bajada.
La demanda de carbón en los próximos años
De hecho, según la AIE (Agencia Internacional de Energía), el pronóstico para los próximos 5 años es de un estancamiento en la demanda, dado que el aumento de consumo por parte de India y del sureste asiático compensará la reducción por parte de Europa, Estados Unidos y China.
Actualmente, el carbón es omnipresente en países como India, Indonesia, Filipinas o Vietnam, donde representa la opción más rápida y económica para abastecer a su población de electricidad dada su abundancia y existencia de infraestructuras. A pesar de que, en algunos de dichos países, como India, ya se esté apostando también por las renovables, éstas requieren de tiempo para su implantación e impacto en el mix energético.
Consecuentemente, en India se prevé que la producción de carbón se duplique de aquí a 2020, y en Indonesia se tiene previsto un aumento de capacidad de generación eléctrica en 35GW para 2020, siendo un 70% de ésta por quema de carbón.
AIE
En China, sin embargo, se espera una ligera reducción de su demanda de carbón, una vez se recupere la capacidad hidráulica y se avance en el cambio hacia el gas en sus industrias. A pesar de que la capacidad productiva continuará reduciéndose, las importaciones se verán frenadas en gran parte pues sí se aumentará nueva capacidad, pero será más eficiente. Se espera que el carbón continúe representando un 55% del mix energético de China para 2022.
En Europa, el futuro del carbón está ligado a Polonia y Alemania, pues representan más de la mitad del carbón consumido en la Unión Europea. En Polonia, se espera que la demanda se mantenga intacta, pero en Alemania sí se está experimentando una ligera reducción del uso de carbón.
Aunque en Alemania se ha procedido al cierre de gran parte de sus nucleares, dicha capacidad no ha sido sustituida por el carbón, sinó por renovables o gas natural.
El resto de países han emprendido un fuerte compromiso de abandono de la generación eléctrica por quema de carbón, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2. En este sentido, Francia se ha comprometido a acabar con el carbón en su mix para 2022, UK e Italia para 2025, y los Países Bajos, Finlandia y Portugal para 2030.
Sin embargo, los próximos años se presentan con una fuerte incertidumbre para los precios del carbón derivada de los posibles cambios en las importaciones hacia Asia (China, así como hacia Japón, Corea y Taipei). Estos últimos años, la estabilidad en el sureste asiático proporcionaba un cierto nivel de confort para los exportadores. Sin embargo, la situación en adelante será distinta: Japón ha iniciado una fuerte implantación de renovables, así como la reactivación de sus nucleares; el gobierno coreano intenta reducir el carbón en su mix energético; y en Taipei, existe una fuerte oposición social al uso del carbón.
AIE
La oferta de carbón en los próximos años
Por el lado de la oferta, la incertidumbre también está servida. Más allá de China, el aumento de la demanda doméstica en Indonesia y sus problemas para aumentar su producción, como los ya presentados en 2017, pueden empujar a los precios al alza aún más.
En adelante nos espera un mercado de precios de carbón con una volatilidad creciente. Los precios continuaran dependiendo de las políticas y las circunstancias económicas de China. De hecho, hemos empezado 2018 con dos nuevas medidas gubernamentales: la reducción de las restricciones a las importaciones de carbón para acelerar el despacho en las aduanas, reducir los costes de almacenamiento y así motivar a un relajamiento de los precios; y el fomento de las megaminerías, grandes empresas capaces de modernizar el sector y reducir la capacidad ineficiente.
Pero, además, Estados Unidos puede empezar a jugar también un papel importante como “swing supplier”. Los cambios regulatorios recientes están permitiendo una reducción de los costes para los productores de carbón en EE.UU. Al no tener salida para el uso doméstico en la generación de electricidad, donde compite con precios muy bajos de gas, las exportaciones se han incrementado significativamente. A falta de datos oficiales cerrados, se estima que en 2017 han aumentado un 46%, dirigiéndose a países como India, China, Brasil, México o Alemania.
Autor: Israel Colome Mejia
Director de Obra, Project Manager, Ingeniero de Proyectos EPC con especialización en edificaciones
Bilbao, País Vasco, España | Ingeniería civil