A propósito de la ética en Ingeniería.

Recientemente he visto algunos posts tratando el tema de de la ética en la Ingeniería y de casualidad me encontré con esta imagen que sintetiza bastante bien la idea de lo que en líneas generales, debería pretender ser el objetivo de la carrera.

Vivimos momentos díficiles en el mundo. Este es un momento muy delicado para el ejercicio profesional. En momentos de crisis económica,  como ya habremos descubierto muchos en nuestras empresas u organizaciones, los proyectos se quedan  sin financiamiento, la economía de las empresas se reciente, comienzan los despidos, etc.

Cuando uno, como profesional tiene la capacidad de analizar las cosas en macro, más allá de la subjetividad de un trabajo o de los beneficios económicos de un proyecto, es capaz de entender las implicaciones que las acciones (u omisiones) que las acciones propias pueden tener sobre el desarrollo integral de una comunidad, una región o un país completo.

Muchas veces queremos encontrar justificaciones en la experiencia empírica, en las malas legislaciones o normativas o en lo injusto de otras decisiones que nos pueden haber afectado económicamente y así «compensar» de alguna manera. Estas son las excusas «racionales». No quiero mencionar otras posibles causas donde hay un hecho de corrupción o de colusión en sí mismo.

Por desgracia, las consecuencias por esas acciones u omisiones, terminan saliendo a la luz: Cuando se desgastasta o deteriora un pavimento; una base de una carretera cede debido a un drenaje mal diseñado/construido; un corte inestable cierra el paso de una carretera; una estructura de puente que falla en la primera tormenta; viviendas construidas sobre sitios protegidos o que puedan afectar la calidad de una fuente de agua, etc.

No nos damos cuenta que la raíz de esta crisis económica fue meramentente especulativa y que una buena parte del dinero que ahora estamos pagando todos en impuestos, directos e indirectos, se debe a un escaso control sobre una serie de profesionales de la industria inmobiliaria, entre los que, por desgracia, hay muchos colegas nuestros. Nuestras acciones y omisiones tienen consecuencias y muchas veces esa consecuencias terminan por afectarnos a nosotros mismos.

También vi recientemente, un post sobre las capacidades y conocimientos que debe tener un Ingeniero Civil. Un ingeniero debe tener capacidad de postergar y una alta tolerancia a la frustración. Postergar beneficios económicos en función de maximizar el período de servidumbre de la infraestructura y una tolerancia a la frustración ante los intereses creados para que exista una necesidad de una obsolecencia planificada.

Un ejemplo para clarificar lo anterior: Entre 1932 y 1949 en mi país tuvimos un dictadura.  Durante dicha dictadura se empedadraron casi todas las calles de la entonces pequeña ciudad capital, usando como mano de obra a los reclusos de la Penitenciaria Nacional. Cuando los gobiernos municipales posteriores han «pavimentado» dichas calles, la capa de rodadura no excede al año o a lo sumo 18 meses de duración. Sin embargo, el empedrado sigue en condiciones de servicio impecable.

Si vieron el documental que postié el sábado, se van adar cuenta de lo siguiente: en los momentos de necesidad es cuando aflora el ingenio. La gente que hizo esas obras basándose en el compromiso con la supervivencia del grupo, logró obras que han desafiado el paso de un milenio y aún siguen funcionando.

Las partidas presupuestarias asignadas en su momento para el diseño y la construcción de obras de infraestrauctura (y su mantenimiento) deberían tenernos a todos los países latinoaméricanos en una realidad muy diferencte a la actual. Alguien (o mejor dicho, nadie) está haciendo bien su trabajo. Ni los contratistas, ni los consultores en diseño y control de obras. Etica es hacer lo contrario. Hay que tomar conciencia de lo que dice la imagen de este post.