La celebración de un curso de verano en 2010 (este año se celebra la 4ª edición) sirvió como pretexto para conversar –comunicar- sobre el fenómeno puente desde múltiples disciplinas aparentemente inconexas. La historia, la filosofía, la arquitectura y la ingeniería han contaminado conscientemente la polisemia de algo tan aparentemente unívoco como el diseño, proyecto y construcción de un puente. No se ha pretendido adoctrinar ni desarrollar ningún tipo de proselitismo prefijado. Al contrario se ha tratado de botar un velero sin destino, o mejor dicho con rumbo errático y aleatorio, donde el mero equilibrio sobre las procelosas aguas en las que se ha intentado navegar ya es, por sí mismo, casi un éxito. El puente es de todos y de nadie. El puente fue del que lo soñó y pertenecerá al que lo vivirá.
Juan Antonio Sobrino Almunia
El arte no tiene ninguna obligación sino innumerables intenciones, algunas claramente definidas y otras no tanto. Sin embargo la ingeniería introduce la necesidad de cumplir una función, es decir una obligación. Además, en ocasiones, puede introducir otras intenciones como las simbólicas, las urbanizadoras o las meramente catalizadoras. Tales circunstancias determinan el hecho frecuente de que los ingenieros eligen las soluciones constructivas basándose exclusivamente en minimizar el coste de la construcción y sólo de vez en cuando se considera el coste global del proyecto y de la obra (incluyendo los costes asociados con el mantenimiento futuro). Sin embargo se debe advertir que en los últimos tiempos se aprecia un cierto interés por parte de algunos grupos relacionados con el proceso de construcción en la valoración y uso de la dimensión estética o cultural de las propias estructuras.
Curiosamente los ingenieros han sido tradicionalmente considerados como meros intérpretes de códigos y especialistas en el cálculo, mientras que la tarea del diseño conceptual se dejaba fundamentalmente a los arquitectos. Resulta evidente por tanto que sería conveniente definir y acotar correctamente un ámbito de ingeniería creativa comprometida con la sociedad que demanda las infraestructuras. Se debe recordar que la esencia de la ingeniería es el uso de la innovación como vía para el progreso dela sociedad. Lamayoría de los avances en el campo de la ingeniería estructural se han producido mediante la introducción de nuevos materiales, nuevos conceptos estructurales o nuevos procesos de construcción.
Por tanto parece apropiado dejar de validar la eficiencia estructural como único lenguaje de diseño de los ingenieros. El proceso de diseño de puentes puede y debe ser abierto, flexible y, a veces, favorable a parámetros y circunstancias que no pertenecen al mundo objetivo. Tal proceso, ineludiblemente, se debe desarrollar a partir del conocimiento exhaustivo del lenguaje de la resistencia estructural y de su combinación con la exploración de formas plásticas.
La regla sullivaniana tiene un límite, y éste precisamente es la ética personal. El diseño más honesto debe basarse en la convicción de que conceptos como funcionalidad, fuerza, estética, construcción, costo, mantenimiento y respeto del ambiente deben considerarse como diferentes caras de una misma identidad poliédrica.
En definitiva deberían evitarse aquellas soluciones que carecen de cultura dela ingeniería. La sociedad tendría que conocer, comprender y asumir el coste de estos tipos de construcciones.
Bosco Gallardo Quirós
Los puentes son expresiones culturales de la sociedad que los produce. Su creación no es solo una cuestión de diseño y construcción. El uso que la gente hace de ellos va reelaborando su imagen inicial, se trata de un constante reinterpretación. En algunos casos los puentes pueden llegar a ostentar los valores monumentales y simbólicos más elevados. El poder es perfectamente consciente de ello y se vale de estas infraestructuras como manifestación de sí mismo.
En la ciudad de Sevilla pueden analizarse estos interesantes fenómenos. De una parte el Puente de Triana, construido en el siglo XIX –gemelo del Puente de Carrousel en París ya desaparecido-, es el perfecto ejemplo de una obra en la que predominan sus aportaciones referenciales sobre la mera instancia práctica, esto es, la de ser una herramienta útil en la solución a un obstáculo. Tan sólo con su denominación (Triana es el barrio más castizo) el puente se recubre de aire festivo.
El Puente del Alamillo sintetiza la maniobra del Estado español en torno a la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Se trata de una estrategia por hacerse presente en la sede della Exposición Universalde 1992 de una forma atractiva y escapista.
Existen otros puentes en la ciudad con un contenido más lúdico aún. Algunos, como los puentes-llamadores de los pasos de Semana Santa, que no son más que pequeños objetos decorativos y emblemáticos, son capaces de sintetizar el ser de una comunidad.
Todos los puentes de Sevilla nos cuentan cómo ha sido y cómo es ella misma. Una ciudad bonita, ensimismada y narcisista, experta como ninguna otra en celebrar la vida.
Luis Javier Sanz Balduz
En las cercanías de Yesa, municipio navarro colindante con la provincia de Huesca, existe un puente medieval en ruinas denominado el Puente de los Roncaleses. En este enclave la consultora de ingeniería y arquitectura Imagina propuso un proyecto de rehabilitación en el que se interpretaba la naturaleza del puente existente desde una perspectiva actual tratando de desarrollar un diálogo coherente entre el pasado y el presente desde una postura activa. Es decir no se negaba la posibilidad de actuación sobre un puente antiguo desde una óptica actual, sino que se planteaba una solución que operaba sobre la misma naturaleza medieval desde el homenaje al tipo estructural original.
Más allá de la idoneidad estructural y estética de la solución propuesta el proceso reveló la enorme dificultad en conseguir soluciones consensuadas desde diferentes perspectivas profesionales. Es curioso constatar que en momentos en los que se alude constantemente a la multidisciplinariedad es factible encontrar dialécticas irreconciliables por mor de su origen académico.
El futuro estriba, sin lugar a dudas, en la habilitación de canales de diálogo, entendiendo ese diálogo como hábito de intentar comprender y de conseguir explicar. La idoneidad de la estética de los puentes resultantes será función del grado de empatía que el/los autor/autores del proyecto hayan logrado con los receptores posteriores.
Raimundo José Lafuente Dios
Desde una administración pública generalmente alejada de proyectos relacionados con puentes, como una Confederación Hidrográfica, es factible desarrollar este tipo de infraestructuras asociadas a instrumentos de compensación territorial generados por la ejecución de obras de interés general como son los embalses. Si esas obras de interés general afectan de forma singular el equilibrio socioeconómico del término municipal en el que se ubiquen, se elaborará y ejecutará un proyecto de restitución territorial para compensar tal afección. Dentro de ese proyecto se pueden realizar obras de todo tipo, desde rehabilitación de edificios (públicos, históricos, deportivos…) hasta la ejecución de determinadas infraestructuras demandadas por el municipio comentado. En ese punto precisamente aparece la necesidad de proyectar y ejecutar un puente –ya sea rehabilitación o nueva construcción- en una confederación hidrográfica.
En el entorno de las obras pertenecientes a la nueva presade Yesase ha revelado necesario el desarrollo de tres infraestructuras en las que los puentes son elementos fundamentales. La nueva cota del embalse –se recrece la presa existente- obliga a rediseñar completamente algunas infraestructuras viarias afectadas. En tales infraestructuras los puentes se erigen en elementos de máxima importancia:
– Carretera A-137. Al pertenecer al trayecto del Caminode Santiagoaragonés se ha prestado especial atención al aspecto estético. De esta manera se ha procedido a plantear una estructura singular mediante la disposición de varios arcos-tímpano metálicos. Para llegar a esta solución se realizó un estudio de tipologías que se analizó de forma consensuada entre la Propiedad, el equipo proyectista y el equipo asesor en estructuras.
– Carretera A-1601. La topografía del emplazamiento obligaba a la construcción de un viaducto de una longitud aproximada de1100 metros. El criterio fundamental ha sido eminentemente económico y por lo tanto se ha apostado por la tipología estándar de menor coste.
– Rehabilitación del Puente de los Roncaleses. Un puente medieval en ruinas ha sido objeto de atención y se ha incluido en el PRT correspondiente. Se ha intentado consensuar una solución con el Departamento de Patrimonio del Gobierno de Navarra.
En resumen, los puentes de la CHE no se construyen para satisfacer una demanda de transporte sino que surgen como resolución de solicitudes relacionadas con la reposición de infraestructuras afectadas dentro del contexto de la figura del Plan de Restitución Territorial. Consideraciones tales como el aspecto estético -en algún caso- se introducen como variables en el correspondiente análisis multicriterio que debe establecer el compromiso final entre el precio de la obra y el beneficio que obtiene la sociedad.
Enrique Cano Suñén
Desde el neófito que no se ha planteado nunca la realización de un puente pero que sí los disfruta, los usa… A veces opina, a veces los admira… Surgen preguntas sobre su génesis y el origen de su belleza e incluso sobre el misterio de su ingravidez. Se parte del convencimiento de que el fenómeno puente es mucho más que una simple estructura que une dos puntos. Trasciende su propio origen para convertirse en un reto del género humano, que implica una gran dosis de imaginación, técnica y e incluso en las obras de máxima calidad, ilusión, riesgo y ambición. Los puentes son construidos por distintas civilizaciones y son el espejo que refleja su poder y capacidad.
Por lo tanto el análisis de un puente superará un enfoque basado únicamente en la idoneidad y economía de la solución para adentrase en los terrenos de la ética y la moral de la sociedad y de los técnicos que plantean dichas obras. Para Fernández Ordóñez “la belleza o es un símbolo moral o es pura ornamentación que sólo sirve de ornato y de legitimación del poder”. Este enfoque está emparentado con lo que en la Grecia clásica llamaron tejne, es decir el saber obrar con pericia, basado en la experiencia y en el momento justo.
De acuerdo a estas premisas se recorre de forma superficial los conceptos antagónicos sobre la definición de belleza de Hegel y Nietzsche, no buscando respuesta, sino para plantear preguntas y provocar reflexiones en los asistentes sobre la verdadera naturaleza que se esconde detrás del proyecto de un puente.
En la realización de un puente, además de los consabidos criterios sobre las fuerzas, materiales y economía que rigen la mayoría de construcciones, intervienen conceptos menos objetivables que provocan en nosotros asombro, sosiego o belleza. Un puente es un misterio, un salto que produce sentimientos, e incluso como nos recuerda Heidegger, “el puente no sólo conecta orillas que ya están allí. Las orillas emergen como orillas solamente cuando el puente cruza la corriente. El puente agrupa el terreno como paisaje en torno a la corriente”. Un puente enmarca el paisaje y nos hace ser conscientes, tanto individual como colectivamente, de nuestras fortalezas, miedos y pasiones. Nos informa sobre el verdadero tiempo en el que vivimos, sobre su arte, aspiraciones y valores.
Pascual García Arias
Una particularidad básica implícita en la estética de los puentes es la influencia del método constructivo elegido. Esta peculiaridad define en múltiples ocasiones la propia configuración formal dela estructura. Setrata de la presencia de la materialidad del puente-mudable- frente al río–fugitivo. El puente surge de una necesidad; resolverla de una forma funcional y correcta lo convierte en un gran puente. No se puede concebir una estructura sin considerar correctamente su proceso de construcción y todos los elementos que la delimitan.
La elección del método de construcción dentro del gran abanico de los diferentes procesos tecnológicamente posibles tiene gran influencia en el aspecto formal del puente. La estética de un puente cimbrado será diferentes al del prefabricado –o aludiendo de forma más genérica el premontado o preensamblado-. El caso de los tableros empujados, construidos con autocimbra, ejecutados por avance en voladizo o los casos más extremos de abatimiento son buena prueba de la importancia del proceso elegido en la estética final.
Una necesidad, una oportunidad, un puente.
Ignacio Rivera Blasco
Examinemos el punto de vista del ingeniero de la administración pública ante una visión estética de las estructuras en cuyo nacimiento participa.
La primera idea que planteamos es que se puede hablar del lenguaje de las estructuras a cualquier escala y en cualquier momento. Pensemos que las obras lineales están muy distribuidas en el territorio. Muchos técnicos están vinculados a ellas. No estamos hablando de estructuras únicas en el mundo.
¿En qué momento se empieza a valorar la necesidad de acometer la ejecución de una estructura singular? Ya en la redacción del estudio informativo se aprecia la dureza de la orografía y la necesidad de ejecutar más o menos viaductos. Tal cuestión se concreta en la fase de proyecto mediante la definición de estructuras singulares, determinados usos de materiales, estudios de tipologías y quizás intentando definir una cierta homogeneidad en un itinerario. Finalmente en fase de obra habrá que materializar todos estos planteamientos previos mediante los pertinentes detalles constructivos, aspecto frecuentemente olvidado y causante de numerosos problemas.
Con ello resolvemos el problema técnico. Si queremos hablar el lenguaje de las estructuras, debemos introducir una nueva dimensión. Quizás la palabra indicada sería inspiración, darle algo más ala estructura. Estimamos que puede plasmarse en un lenguaje artístico sencillo que, sin pedir una atención excesiva, sea de fácil interpretación y que agrade al usuario/observador de la infraestructura.
¿Una estructura es bella en sí o es bella para el que la mira? ¿Va a ser vista por el usuario de la infraestructura y/o por otras personas? Debe analizarse no sólo la estructura aislada, sino también su entorno -urbano, periurbano, fuera de los núcleos de población-; la situación relativa -sobre o bajo la infraestructura de comunicación-; qué se va a ver de la misma; qué queremos que se vea; si existen o no obstáculos visuales… Todo ello nos ayudará a encontrar fuentes de inspiración, buscando que la estructura no sea un objeto aislado, un “pegote”.
Dentro de la propia estructura, debemos aprovechar todos sus elementos para conseguir que se expresen: tablero, pilas… pero también -¿por qué no?- estribos, muros, aletas, barreras, barandillas, faldones, impostas, encachados, plantaciones vegetales, motivos artísticos complementarios, iluminación, colores, materiales, etc. Igualmente las características del medio ambiente circundante, respetándolo y minimizando la afección al mismo.
No creemos que nadie pueda arrogarse el derecho “en exclusiva” de aportarle belleza a una estructura. Ni siquiera el proyectista, pues realiza un trabajo por encargo de la Administración y para la sociedad, no como expresión artística propia.
A veces da la impresión, triste, de que hay cierto fundamentalismo en las expresiones artísticas. ¿Quién decide lo que es arte y lo que no? Y sobre todo, ¿quién es el artista capacitado y quién no? ¿Se puede pagar el arte? ¿Quién debe pagarlo? Preguntas que quedan para la reflexión.
En cualquier caso, nuestra visión es que cualquier persona vinculada en un momento dado al proceso de planeamiento, proyecto u obra puede hacer y aportar arte, puede hacer hablar a la estructura.
Comments (2)
xcvq - 4 julio, 2014
que curioso. Yo fui el topografo de estructura de este tramo de autovia: los dos viaductos y de todos los pasos sobre autovia.
que tiempos aquellos!!!
Alan - 26 julio, 2014
aunque no gustar del diseño del puente
puede ser un martirio cruzar por el
que locura