Hoy quiero compartir con ustedes algo sobre Proyecto del Ensanche de Barcelona, también conocido como Plan Cerdà, uno de los primeros planes de desarrollo urbano concebido de manera «técnica» por el ingeniero catalán Ildelfonso Cerdà (1815-1876), quien entre otras salsas era abogado, economista y político, como la gente de antes, que era definitivamente más educada y polifacética que uno ahora. A Cerdà se le considera el padre del Urbanismo Moderno, tras la publicación de su obra de 1867 «Teoría general de la urbanización y aplicación de sus principios y doctrinas a la reforma y ensanche de Barcelona«.
A propósito, comenta Joaquin Torrent (1):
«Mientras que el término urbanisme, no aparece en el idioma francés sino hasta 1910 y sus equivalentes en alemán e inglés , städtebau y city planning, se remontan a finales del siglo XIX, la palabra urbanització -de hecho urbanización– y sus derivados, son explícitamente propuestas por Cerdà, ya en 1867. Esto demuestra claramente el papel de precursor de éste, quien adelanta unas cuantas décadas formulaciones equivalentes y con iguales implicaciones científicas.»
Brevísimos Antecedentes Históricos de la Ciudad de Barcelona.
La ciudad como tal fue refundada por el general Cartaginés Amilcar Barca (padre de Anibal) jefes ambos de la familia Bárcida, de donde proviene el nombre de la ciudad. Tras la derrota cartaginesa en la segunda guerra púnica, los romanos rebautizan la ciudad como COLONIA IVLIA AVGVSTA FAVENTIA PATERNA BARCINO (2) cerca del año 15 a.C.
Tras la caída del Imperio Romano en 476 d.C, la ciudad pasa a manos de los visigodos que la hacen capital temporal, ya que luego la capital de Hispania se mueve a Toledo. Cae en manos mususlmanas en el S VIII con la conquista de Al-Hurr, pero es recobrada por los cristianos al mando de Ludovico Pío, hacia 801. La ciudad seguiría siendo punto de disputa entre cristianos y musulmanes, quienes practicamente la destruirían casi completamente la ciudad hacia finales del Siglo X.
Borrel II inicia la reconstrucción de la ciudad como condado y ésta alcanza gran esplendor como uno de los principales puertos europeos, entre los siglos XIII y XIV. Esta condición estratégica le valió ser frecuentemente campo de batallas, que condujeron a la ciudad al borde de la ruina en repetidas ocasiones, entre las que destacan la Guerra de lo Segadores y la Guerra de Sucesión.
Según Juanjo Romero Marín(3):
Desde la Edad Media la ciudad de Barcelona había permanecido encerrada en el reducido espacio de sus murallas medievales. El crecimiento urbano del siglo XVIII no pudo extenderse por sus aledaños pues, tras la Guerra de Sucesión (1700-1714), la ciudad, derrotada y vigilada desde el enorme cuartel anexo de la Ciudadela, quedó bajo supervisión militar, prohibida toda excrecencia más allá de sus muros.
De este modo, el derribo de las murallas se convirtió en tema de lucha diaria para los diferentes consistorios. Derrocada la monarquía absoluta, entre 1833 y 1836, el primer objetivo de los gobiernos liberales municipales fue el acabar con dichos muros y permitir la expansión geográfica de Barcelona. Dicha expansión, tal como la entendían los nuevos patricios, incluía la absorción de los pueblos próximos (Gràcia, St.Andreu, St.Martí, Sants…). Si los años treinta y cuarenta habían sido los de asentamiento de los liberales en el poder local, los cincuenta fueron los años de las denuncias higienistas sobre la insalubre situación de la ciudad. Fue también durante esos años cuando permitida, por fin, la destrucción de la muralla aparecen los proyectos de reforma urbana, entre los que va a destacar el de Ildefons Cerdà por ser el que finalmente se impuso.»
REFERENCIAS
1.-Wikipedia, Ildelfonso Cerdá, 2011
2.-Wikipedia, Barcelona, 2011
3.- Juanjo Romero Marín, «La Dramaturgia Social, Dios y fuego en la Barcelona del S XIX», 1998