Estoy convencido de que nuestro día a día sería inconcebible si, al abrir un grifo, de él no saliera agua. Vamos a ver cómo una ciudad puede conseguir sobreponerse a esta dificultad insalvable gracias a contar con alta tecnología y una buena dosis de ingenio.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de habitantes que viven en ciudades ha superado a los que viven en el campo por primera vez en la historia.
Las proyecciones no dejan lugar a dudas: para 2050, este porcentaje llegará hasta un 70%. El futuro nos trae ciudades más grandes y más densamente pobladas, que encontrarán grandes retos para su supervivencia y desarrollo. Además, no podemos dejar de contemplar los cambios que el clima ha experimentado en las últimas décadas.
Más de 2.000 millones de personas viven en países que experimentan altos niveles de estrés hídrico, concepto que refleja la proporción entre el agua que consumimos y la disponible en el medio natural.
Estimaciones recientes muestran que 31 países sufren un estrés hídrico entre el 25% (considerado como el umbral mínimo de estrés hídrico) y el 70%. Otros 22 países están por encima del 70%, es decir, en condiciones de estrés hídrico grave (ONU, 2018).
Ya vemos que en el centro mismo del problema está el agua: el aseguramiento de recursos hídricos aptos y la gestión integral de un ciclo urbano que permita garantizar el suministro a la población es la clave.
Afortunadamente, podemos volver la mirada hacia casos de éxito ante la adversidad hídrica, en los que podemos encontrar soluciones a medio y largo plazo para los problemas que ya sabemos que van a venir. Hoy nos fijaremos en un excelente ejemplo, una ciudad que ha logrado vencer sus extremos problemas hídricos: Singapur.
La ciudad capital de la República de Singapur cuenta con 5,6 millones de habitantes y un crecimiento constante de alrededor del 1,3% anual. Esta ciudad portuaria internacional no es ajena a las dificultades en relación con el agua. Teniendo una extensión limitada para recolectar y almacenar agua de lluvia, Singapur se enfrentó a sequías, inundaciones y a la contaminación del agua en los primeros años desde la creación de la nación.
Estos desafíos inspiraron a Singapur a elaborar estrategias y buscar ideas innovadoras, desarrollando las capacidades necesarias para asegurar un suministro sostenible de agua.
En la actualidad, Singapur ha construido un suministro robusto y diversificado de agua, proveniente de 4 fuentes diferentes: agua de cuencas locales, agua importada, agua desalinizada y NEWater (agua regenerada de alta pureza).
Se imaginarán que el proceso necesario hasta llegar a este punto es fruto de una profunda reflexión y estrategia.
La estrategia de agua de Singapur
A través de los años, la Public Utility Board (PUB) se ha encargado de satisfacer las necesidades de agua del país de una forma integrada, efectiva y rentable, con inversiones en investigación y tecnología para tratar, reciclar y suministrar agua.
Hoy, Singapur es reconocida internacionalmente como una ciudad modelo para la gestión del agua y como un Global Hydrohub emergente, o lo que es lo mismo, un centro líder en oportunidades de negocios y experiencia en tecnologías del agua.
El enfoque holístico de la PUB para la gestión del agua se puede resumir en tres estrategias clave:
NEWater
Al hablar de NEWater nos referimos a uno de los pilares de la estrategia de sostenibilidad del agua de Singapur: se trata de agua reciclada o recuperada de alta calidad.
Se obtiene a partir de aguas lluvia, agua residual doméstica y agua bruta mezclada con otros usos, como la que importan de Malasia por el acuerdo bilateral que les une. Esta agua se vuelve a purificar mediante tecnologías avanzadas de membrana y desinfección ultravioleta, lo que le confiere la máxima pureza y seguridad para su uso.
NEWater se somete a más de 150,000 analíticas y test científicos, y cumple con los requisitos establecidos por la OMS. Habitualmente, su uso principal es para fines de refrigeración industrial y de aire acondicionado en plantas de fabricación de chips, polígonos industriales y edificios comerciales.
Los mayores usuarios de NEWater son plantas de fabricación de placas de circuitos, que requieren una calidad de agua aún más estricta que el agua potable. NEWater se entrega a clientes industriales a través de una red de tuberías dedicada.
Otra posibilidad es el uso indirecto para sumar a los recursos de donde obtienen agua potable: durante los períodos de mayor sequía, se agrega NEWater a los depósitos de almacenamiento, mezclándose con agua bruta.
Esta agua bruta es tratada en las plantas potabilizadoras antes de suministrarla a los consumidores como agua del grifo.
Dos veces al año, este proceso de NEWater se somete a rigurosos procesos de auditoría por un organismo externo de auditoría, compuesto por expertos internacionales en ingeniería, química del agua, toxicología y microbiología. Esta agua recuperada ha recibido de forma consistente las mejores calificaciones por su alta calidad y seguridad, y por exceder los estándares internacionales.
Perspectivas de futuro
Tanto NEWater como el agua desalinizada han hecho de Singapur una ciudad más resiliente a la variabilidad climática, y le han permitido mantenerse al día con la creciente demanda de recursos hídricos.
La demanda de agua en la actualidad alcanza los recursos disponibles, y se espera que la demanda total de agua podría casi duplicarse para 2060, donde el sector no doméstico representará casi el 70%. Para entonces, NEWater y la desalinización satisfarán hasta el 85% de la demanda de agua de Singapur.
Este es un ejemplo de Smart Water City, que ha logrado asegurar su desarrollo y que permite a sus ciudadanos progresar como comunidad gracias a la previsión, la integración de nuevas tecnologías y la water resilience.
Y la ciudad donde vives, ¿qué está haciendo por anticiparse al estrés hídrico?
Enlace de Interés:
Puedes complementar todo lo anterior, con el siguiente vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=vIjRfmSQhlo
Autor: Sergio Casado Romeral. Docente del Máster en infraestructuras urbanas inteligentes y urbanismo sostenible: Smart Cities de EADIC