Consejos para aumentar los niveles de atención ¿No me concentro al estudiar?

¿Te pasa con frecuencia? No tienes concentración….?

Seguramente decides estudiar, ubicas un lugar cómodo, concentras todos los textos necesarios, te sientas, comienzas a leer y… piensas en otra cosa…ok bueno ¡vamos, retoma! Así te dices y comienzas de nuevo, pero… ¡qué bonita la mariposa!, la contemplas por algunos minutos y recuerdas que estabas leyendo… pero la conversación de tus padres en la sala resulta más entretenida que el texto…

La concentración es una de las tantas etapas dentro de los procesos psicológicos que juega un papel importante en la obtención de conocimientos; encargada de determinar el grado de atención que se fija al momento del estudio. Se afirma que se esta concentrado cuando decidimos estudiar y todo nuestro empeño, esfuerzo, mirada y pensamiento están enfocados en el tema que se desea aprender. Cuando no somos concentrados, somos dispersos y es cuando nuestra atención se ramifica y distribuye de manera desordenada en diferentes cosas, menos la que nos compete en ese momento.

Sequeira (2007) en el libro Las Más Eficaces Técnicas de Estudio nos dice lo siguiente:
Hay personas que, por sus características de personalidad poseen mayor capacidad de concentración que otras: prestan atención, observan atentamente, son capaces de captar con mayor profundidad y rapidez el centro de una cuestión o los datos esenciales de un texto, mantienen la concentración durante largos periodos. Pág. 9

¿Cuál es tu caso?… ¡Cómo lo imaginamos, continuas viendo la mariposa! No te preocupes, vamos a ver cuáles factores pudiesen estar influyendo en tu situación:

No te sientes motivado. El tema que lees o estudias no te interesa.
No estas en condiciones físicas para emprender la tarea, por ejemplo, alguna dolencia o no has descansado completamente.
Te encuentras molesto o triste… sufres o padeces de algún trastorno emocional.
Estas preocupado por otras actividades pendientes.

¿Cuál te afecta a ti particularmente?

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AUMENTAR NUESTROS NIVELES DE CONCENTRACIÓN?

Establecernos unos tiempos límites para estudiar un número determinado de páginas o realizar ciertos aspectos o puntos de una actividad o procedimiento.
No ser exigentes al principio, es decir, graduar prudencialmente el tiempo de estudio. Comenzar con periodos cortos e ir aumentando. El incremento lo determinarán los niveles de aburrimiento o dispersión que se presenten mientras emprendemos la tarea.
Establecer prioridades. Realizar primero lo urgente y luego lo importante. Enlistar las actividades, calificarlas y con base a esto establecerlas en un calendario.

Continua Sequeira (2007) quien afirma que la concentración puede fomentarse e incentivarse por medio de la práctica y propone lo siguientes ejercicios que citaremos a continuación:
Para ejercitar la concentración es imprescindible hacer uso de la fuerza de voluntad, es decir, disponernos a hacer un esfuerzo extra de atención. Es necesario comenzar por situaciones simples, de la vida cotidiana que estimulen la observación y la atención. Prestar atención a qué colores de ropa utilizamos usualmente, qué zapatos (izquierdo o derecho) solemos calzarnos en primer lugar, cuántos compartimientos posee nuestro maletín de trabajo, son algunos ejemplos de situaciones a partir de las cuales podemos ejercitar esta actitud de fijar la mirada y el pensamiento. Otro ejercicio que colabora ampliamente para profundizar esta capacidad –además de entretener y divertir- es la realización de juegos de ingenio y acertijos como crucigramas, anagramas, sopas de letras, entre otros. Pág. 9

Como ves la concentración es una condición fundamental si deseas captar una información, memorizar un material, precisar algunos detalles o realizar tareas de procedimientos minuciosos, pero va acompañada de tres grandes aliadas la motivación, la perseverancia y la actitud.