Fue en 1923 cuando la Avenida de Mayo de Buenos Aires contempló por primera vez un edificio que alcanzaba los cien metros de altura en toda Latinoamérica, se trató del Palacio Barolo, uno de los más emblemáticos de Argentina y uno de los más altos en aquél momento.
Desde entonces la ilusión del hombre por “tocar el cielo” no ha cesado y el continente latinoamericano no se ha quedado atrás en este afán por lograr un skyline cada vez más elevado.
En la actualidad el rascacielos más alto de toda América Latina es el Costanera Center ubicado en Santiago (Chile), que con sus 63 pisos alcanza los 300 metros de altura. El segundo edificio en esta lista es el Trump Ocean Club International Tower, el edificio más alto de Panamá, que alcanza los 293 metros de altura. Fue terminada de construir en 2011 y es propiedad del político y empresario estadounidense Donald Trump.
Este top five lo cierran otros tres edificios ubicados en el país centroamericano, la Torre Vitri con 281 metros, el complejo hotelero Ocean Two que llega hasta los 273 metros y en quinto lugar el rascacielos Star Bay Tower, un coloso construido en 2013 con 68 pisos y 267 metros de altura.
A excepción de Estados Unidos, en esta zona del mundo Panamá es el país con más rascacielos con 40 proyectos de este tipo construidos y otros en desarrollo, uno de éstos que no llegó a buen puerto fue la Torre Financiera, que estaba previsto alcanzará los 427 metros de altura, pero el proyecto finalmente fue cancelado por el rechazo social que estaba provocando y los elevados costes de construcción.
Es México el país que tiene previsto romper la barrera de los 300 metros de altura, con la Torre Insignia, cuya construcción en Monterrey está prevista para 2018 y que tendrá una altura de 330 metros.
Pero si todo marcha según lo planificado, Argentina volverá a contar con el edificio más alto de toda América Latina justo un siglo después de la construcción del Palacio Barolo. Los argentinos pretenden conseguir tal hito con el proyecto Polo Audiovisual en la Isla Demarchi, ubicada al sur de Buenos Aires, que contará con un complejo hotelero, apartamentos y estudios audiovisuales (de ahí su nombre), con 335 metros de altura y capacidad para acoger hasta 15.000 personas.
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