Convencionalmente las políticas públicas relativas a la infraestructura y el trasporte se han tratado de manera aislada. De la misma manera, la logística (una de las aplicaciones clave para el desarrollo de un país o región) suele abordarse sin un enfoque sistemático que potencia las posibilidades sinergicas entre ellas.
Esta carencia ha impedido que nuestra región de América Latina y el Caribe, alcance un desarrollo social y económico de manera sostenida. Por el contrario, si se analiza el caso de los países desarrollados, donde la productividad y competitividad de la economía, junto con la eficiencia de los mercados de bienes y servicios que los países comercian interna o externamente, son funciones de múltiples variables interrelacionadas y mutuamente dependientes, por lo que se requiere un análisis en conjunto por métodos interdisciplinarios que termina dando como resultado el planteamiento, ejecución y control de soluciones integrales para el desarrollo.
En momentos como el que atravesamos, con una marcada crisis económica, la tendencia general es a reducir la inversión pública en el sector de infraestructura, a pesar de ser conocidos la correlaciónque existe entre infraestructura y crecimiento económico, cuanso en realidad, se trata de una oportunidad de gestionar políticas de desarrollo a largo plazo, que planifiquen la inversión en este rubro de una manera ordenada, realista y sostenida, a fin que se alcance una provisión eficiente y eficaz de los servicios de infraestructura, de manera que ésto conlleve a mejoras en la situación económica, tanto en la productividad, en la competitividad y en la calidad de vida de los pobladores.
Si aunamos a lo anterior que en la mayoria de nuestros países hay una ausencia manifiesta de infraestructura base adecuada, cuando estos momentos de crisis llega se suma al efecto de cuello de botella o colapsos en la infraestructura, que impiden desarrollar ventajas competituvas o especialización o diversificación ene la productividad, según se requiera.
Ahora esta de moda la privatización de los servicios de infraestructura. No han sido pocos los países que han buscado en el sector privado la reducción al déficit en Infraestructura, en la mayor parte de los casos, priorizando ajustar el deficit presupuestario del páis, en lugar de incentivar la creación, ampliación o modernización de la infrestructura básica de los países de la región. Esto ha conducido a que ni los Estados hayan seguido desarrolando estudios y obras, ni el sector privado se ha preocupado más allá del usufructo de la infraestructura ya existente y también se ha manifestado sensible a asumir riesgos financieros debido principalmente a la inestabilidad de las políticas regulatorias presentes para estos emprendimientos y sólo eligen a ciertos páises y cierto tipo de proyectos para sus inversiones.
En diversas áreas de la región se ha notado un incremento en los niveles de demanda de servicios de infrestructura de transporte. Todo lo anterior parece indicar a que el factor infraestructura actuará como un fuerte limitante para el desarrollo social y crecimiento económico futuros de la regíon, que nopodrá hacer frente a la incremento de la demanda y a una oferta que ha perdido el ritmo en los últimos años.