Por la estación central de Estocolmo pasan cada día 250.000 personas que, lógicamente, emiten calor. Normalmente este exceso de calor es expulsado a través de ventanas y puertas abiertas o con la ayuda de ventiladores que a su vez emiten aún más calor.
Los ingenieros de la empresa pública sueca Jernhusen –gestora de las estaciones de tren del país- han diseñado un sistema para recoger el calor sobrante a través de pequeñas bombas y poderlo aprovechar para calentar un edificio anexo.
En pocos años el sistema estará amortizado económicamente y probablemente también ambientalmente.
La metodología empleada para llevar a cabo este proyecto se basa en la constatación de que dos datos empíricos ya conocidos pueden ser combinados para su aplicación en nuevo uso.
Estos datos son:
- a) Dependiendo del nivel de actividad, el cuerpo humano genera entre 60 y 100 vatios de energía en forma de calor, aproximadamente la misma cantidad de calor emitido por una bombilla media.
- b) Un edificio no es más que una caja o recipiente que, si está bien aislado, puede retener el calor que contiene en su interior
Los pasos seguidos son:
- Establecer los dispositivos para captar el calor. El calor captado es principalmente el generado por las máquinas de refrigeración destinadas a bajar la temperatura en algunos puntos de la estación. Se calienta agua con dicho calor a través de intercambiadores de calor.
- Canalizarlo a través del sistema de ventilación (agua caliente)
- A través de tuberías, hacerlo hasta llegar al sistema de calefacción del nuevo edificio anexo a la estación.
Se trata de usar la tecnología disponible de otra forma. La innovación se halla en el sistema no en los elementos tecnológicos.
Cabe señalar que la idea no es totalmente nueva. Aunque de forma distinta se ha aplicado parcialmente en la calefacción en el complejo comercial Mall of America situado en Minnesota (Estados Unidos).
Las actuaciones realizadas se reducen a:
- La detección de los puntos donde se genera mayor calor.
- Para la captación del calor de las máquinas refrigeración: se conectan dichas máquinas a los intercambiadores de calor que lo transferirán al agua que será llevada a través de las tuberías hasta Kungsbrohuset , el edificio anexo. Allí se transferirá al sistema de calefacción del edifcio.
Se trata de dar un nuevo uso a las instalaciones existentes.
Los elementos técnicos del sistema son: máquinas de refrigeración, conductos que llevan el calor existente hasta un esquema de calefacción convencional. Los conductos son convencionales y discurren bajo las vías del tren hasta alcanzar el nuevo edificio.
El complejo de 40.000 metros cuadrados diseñado por Jernhusen, el Kungsbrohuset, recibirá cerca de 30% del consumo de sus sistemas de calefacción de la estación central de Estocolmo. Este edificio cuenta con muchas soluciones inteligentes de tecnología limpia, minimizando el consumo de energía, y los inquilinos tienen acceso servicios de carga para los coches eléctricos, y un garaje para bicicletas con vestuarios y duchas.
La compañía espera que el innovador sistema pueda reducir los costos de calefacción en el complejo anexo a la estación hasta un 20%. Se ha estimado que la creación del nuevo sistema de calefacción, incluyendo la instalación de las bombas necesarias y las tuberías subterráneas, cueste entre 20.000 y 50.000 euros.
El proyecto es el primer intento de transferencia de calor de un edificio a otro. Si tiene éxito, podría desencadenar algunas ideas radicales acerca de cómo utilizar la energía generada por la población urbana tanto en instalaciones públicas como en el ámbito privado
Tomado de: ecodiario.eleconomista.es