Los pilotes laminados se construyen de acero, concreto reforzado o madera. Los de acero tienen enclavamientos que sujetan a los pilotes entre sí. Los de concreto o madera tienen por lo común conexiones de saliente y muescas que sujetan parcialmente los pilotes unos a otros.
Los pilotes laminados se hincan en torno al perímetro de una excavación. Por lo común se instalan antes de comenzar la excavación, cuando la excavación ha llegado a algún punto dado, o cuando se encuentra agua. Las tablestacas se suelen hincar con martillos similares a los hincadores de pilotes normales, con la excepción de que son de menor tamaño y, por lo común, de doble acción. Los pilotes laminados menores se pueden hincar con adaptación de martillos perforadores.
Casi siempre se fija en el suelo una guía o plantilla, como ayuda para alinear las láminas. El larguero permanente puede fijarse como guía frontal, como se muestra en la figura 2. Los pilotes de las esquinas se suelen colocar al principio y los demás parten de cada extremo, hasta que se juntan en el centro, Las láminas se deben hincar en tiradas de no más de 5 pies (1.5 m) cana una, para evitar que los pilotes se salgan de sus enclavamientos. En los terrenos más duros, las tiradas deberán ser más cortas.
Los pilotes laminados se restringen después de hincarlos y efectuar una excavación hasta una profundidad de aproximadamente una cuarta parte de la excavación propuesta. La restricción se puede hacer mediante arriostramientos cruzados, puntales o anclajes con atiesadores. En la figura 1. se muestran varios ejemplos.
Fig. 1. Plantilla y larguero permanente, utilizados para alinear los pilotes laminados durante el hincado.
Casi siempre los ingenieros diseñadores son quienes trazan las líneas de pilotes laminados. Las proporciones dependen mucho de los métodos de construcción, el tipo de suelo de que se trate y las condiciones hidráulicas. Las proporciones indicadas en la figura 2. son un promedio para suelos arenosos razonablemente buenos, pro encima del nivel freático.
Fig. 2. Muro de pilotes laminados con atiesadores y anclajes.
Es común poner “largueros” frente a los pilotes laminados, como parte del sistema de anclaje y se utilizan varillas sujetadoras o ariostramientos internos que empujan a los largueros o se apoyan en ellos. Cuando se instalan varillas de anclaje, se someten a un tensado previo, por medio de tensores o templadores o por otros métodos. El pretensado debe ser aproximadamente igual a la fuerza que se espera que soportarán los atiesadores. Por consiguiente, conforme prosigue la excavación, se puede esperar que la deflexión de los pilotes laminados se limitará a plegar los pilotes y no estirará las varillas de anclaje. Esto tiende a limitar la deflexión lateral, protegiendo las calles y los edificios adyacentes a la excavación. Es inevitable cierta deflexión de los pilotes laminados; por tanto, este sistema nunca es tan efectivo como el recalce de las estructuras adyacentes. Si el apuntalamiento se hace por medio de puntales inclinados internos, es común utilizar gatos para preesforzar los puntales con el fin de que opriman a los largueros o cepos con una fuerza igual a la fuerza de diseño esperada. De este modo, se limitan las deflexiones, conforme prosigue la excavación.
Gracias a: