El empleo de tecnologías lumínicas más eficientes, como por ejemplo las lámparas LED, junto a un consumo energético más responsable, permitiría reducir en gran medida la contaminación ambiental. Al mismo tiempo, supondría un importante ahorro económico.
Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), casi un 20% de la electricidad generada en todo el planeta se utiliza en iluminación. El cambio a tecnologías con mayor eficiencia podría concretar grandes beneficios medioambientales.
Solamente en Europa, significaría evitar la emisión de 28 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera o la tala de mil millones de árboles por año. En el terreno económico, provocaría el ahorro de 4.300 millones de euros anuales o de 50 millones de barriles de petróleo en el mismo período.
Tecnologías verdes
En este momento, las luces LED (Light Emision Diode) son tecnológicamente las más avanzadas para obtener una mayor eficiencia energética. De esta manera, su empleo en espacios públicos o privados supone una importante colaboración con el medio ambiente y el cuidado de los recursos naturales.
Con respecto a las denominadas bombillas incandescentes, las luces LED alcanzan una duración 50 veces mayor y registran un consumo energético 10 veces menor. Por otro lado, se dificulta su popularización por los altos valores que registran, una tendencia que poco a poco parece ir cambiando, y que ha permitido una mayor inserción de esta tecnología en distintas áreas de la industria.
Hacia el futuro
El silicio es otro material que podría transformarse en una gran esperanza en cuanto a tecnologías lumínicas ecológicas. La tecnología relacionada con este material permitiría desarrollar bombillas con un ciclo de vida de 20 años y que registren un consumo de un 90% menos de energía que las lámparas empleadas en la actualidad.
Por otro lado, otra preocupación ecológica, con respecto a los artefactos de iluminación, es el empleo de materiales no contaminantes, ya que algunos elementos utilizados tienen diferentes grados de toxicidad. Un claro ejemplo son las lámparas de vapor de mercurio.
Por último, hay que tener en cuenta que el exceso de iluminación es también perjudicial para algunas especies de insectos y aves, entre ellas las rapaces o los murciélagos. De esta manera, es vital que los sistemas de alumbrado público utilicen tecnologías que garanticen la eficiencia energética y un uso moderado de la iluminación. Por supuesto, este cambio debe ir acompañado de una concienciación ciudadana que suponga un mayor ahorro en el ámbito hogareño.
Comments (2)
CivilGeek - 18 noviembre, 2011
Excelente post!
adeluna100 - 18 noviembre, 2011
Mil gracias por la información.