La Medida Exacta

Después del Acertijo Civilgeeks No. 6, considero oportuno hacer algunas reflexiones sobre el tema de la precisión, que nunca están de más y que personalmente considero importantes y que son relativos a la práctica profesional.

No hay tal cosa como «la medida exacta». Podemos decir que una medida es más o menos precisa, pero nunca exacta. Así como lo demuestra la figura de un tiro al blanco, nos podemos acercar mucho al blanco del centro, sin nunca acertar perfectamente. La «medida exacta» es una construcción mental.

La medición (o medida) de cantidades, es un asunto que a veces se malinterpreta en la práctica cotidiana de la Ingeniería Civil, más en estos tiempos, donde los diferentes dispositivos  electrónicos prometen una precisión infinitesimal, por aquello que la precisión de una medida depende del instrumento con que se mida.

Algunos ejemplos mediante los que se puede clarificar el punto: aún el año antepasado he visto una cantidad descrita como sigue: 100.23535 m, (la quería vender el topógrafo de uno de los proyectos de carretera que supervisaba la empresa, como una evidencia de la precisión de sus sofisticados aparatos).

Hay personas que efectivamente creen que se puede medir con un aparato sofisticado, como un GPS diferencial una cota como la que se mencionaba esa (100.23535 m). Eso despierta inmediatamente mi suspicacia, ya que en primer lugar no se sabe a qué nivel exactamente se encuentra esa cota ¿A qué nivel  del aparato exactamente? ¿Al nivel del sensor? Y si es así: ¿En qué parte exacta del sensor? (nótese que el sensor, en cualquier caso, es mucho más grande que la última cifra significativa, que esta en el orden de las cien milésimas del metro).

Esto supone que , para establecer la elevación del aparato o para replantear la medida original, deberá utilizarse un método seguramente menos preciso (la precisión de estas tecnologías es más cara) y si no se levantan, procesan y usan como es debido, puede estar echando su inversión a la basura.

De cualquier manera, hay que tener claro que una precisión exagerada, no es necesaria en la mayor parte de las obras de ingeniería civil, donde por simple rugosidad, tamaño y geomatría de los suelos, materiales y elementos. Toda medida a la larga es estadística y tiene, para todos los efectos prácticos y científicos, una desviación con la realidad que es invencible. Por eso es que varias medidas repetidas en tiempos diferentes (incluso con las mismas tecnologías) de hecho arrojan resultados diferentes.

Lo que sí resulta necesario es establecer las precisones mínimas requeridas para un proyecto, las tolerancias de las mismas en función del orden de magnitud a nivel económico del mismo. Esto se logra de manera práctica analizando para qué se necesitan los datos iniciales y tomando en consideración la tecnología disponible en el medio y sus costos, al igual que los equipos mecánicos con los que se van a construir las obras (De nada sirve que tengamos una precisión de 1 mm en el papel si las excavadoras no nos pueden asegurar una precisión de 1 cm, etc).

Y como decía uno de mis maestros, el genial Dr. Araud: Lo importante es tener claro el orden de magnitud. Por eso, todas estas consideraciones  deben figurar siempre-siempre  en las especificaciones técnicas, en los planos , en el contrato o cualquier otro documento que tenga validez legal.

La «medida exacta» es una gimnasia mental. Eso no quita que se tenga que trabajar apuntando a la exactitud, pero teniendo claro que lo que obtendremos es una buena precisión, si hacemos las cosas bien.