Los mapas deben ser, sobre todo, documentos fiables. En ellos los objetos geográficos no pueden simplemente estar dibujados de forma aproximada o indicativa, sino que su representación debe guardar la máxima similitud posible con su correspondiente del mundo real. La representación fiel y proporcionada de las dimensiones y distancias entre aquellos es algo fundamental, y esa preocupación por la calidad geométrica y la precisión han propiciado el desarrollo a lo largo de la historia de sucesivas y crecientemente complejas técnicas para medir, calcular y representar la superficie de la Tierra.
La aparición de los mapas se produjo antes de la historia, es decir, con anterioridad a la aparición del relato escrito, y se utilizaron para establecer distancias, recorridos, localizaciones… y así poder desplazarse de unos lugares a otros. Los contactos humanos entre extensiones de tierra separadas por un estrecho mar se produjeron en épocas remotas entre pueblos con cultura de muy bajo nivel tecnológico. Navegaciones de cortas distancias eran un modo de desplazarse más efectivo que el terrestre en determinadas zonas como en las costas recortadas por fiordos. Algunos pueblos emplearon embarcaciones primitivas en condiciones favorables como aguas, vientos y corrientes tranquilas. Para navegaciones que impliquen dejar de ver la línea costera durante un tiempo más o menos grande es necesaria cierta especialización del navegante y una elemental observación astronómica. Navegaciones de este nivel se dieron entre las islas del Pacífico Sur y en las Antillas, que desarrollaron una considerable actividad comercial.
En los últimos quince años asistimos a una auténtica revolución en el amplio campo de la cartografía, y muy especialmente en la caracterización tridimensional del territorio. Los avances tecnológicos están cambiando no sólo las herramientas y las fuentes para conocer la realidad geográfica sino incluso la manera de estudiarla, ahora con un detalle insospechado hace pocos años. Esto, sin embargo, no afecta únicamente a los especialistas, sino que cualquier persona puede percibir con claridad esta revolución: sólo hay que entrar desde nuestro ordenador personal en el Google Earth para visitar cualquier lugar del planeta y disponer de una visión tridimensional con una precisión francamente abrumadora.
Los Primeros mapas
La elaboración de mapas de cierta complejidad debió producirse simultáneamente a la práctica de las observaciones astronómicas. En esta primera etapa dos son los tipos de mapas existentes: uno, el mapa instrumento, realizado con una finalidad informativa, utilitaria, como el de las islas Marshall, y otro, el mapa imagen, que representa un nuevo concepto más intelectual y que tiene un doble sentido, es un instrumento que tiene una utilidad inmediata pero, a su vez, es también una imagen, ya que en ellos aparecen la representación de la Tierra, conceptos cosmológicos o religiosos…, pero centrado principalmente en el mundo del autor que lo construye; un ejemplo, el mapa del mundo babilónico, mapa circular como corresponde al panorama natural del horizonte.
El poema de los Argonautas nos narra que los egipcios ya tenían, desde tiempos remotos, tablas grabadas donde estaban señalados los caminos de la Tierra con los límites de los continentes y de los mares. En el comentario del poema del Universo de Dionisio El Periegeta, Eustacio nos refiere que Sesostris dio a los egipcios tablas donde estaban representados sus viajes; también conocemos las inscripciones geográficas encontradas en la ruinas de Thebas por Mariette, remontando su antigüedad a 17 siglos antes de Jesucristo. Estas inscripciones en nada se parecen a nuestros mapas actuales, puesto que en ellos sólo hay figuras etnográficas, tipos de hombres y de seres colocados en el orden de su posición geográfica y acompañados de leyendas indicadoras de los pueblos, aplicando un procedimiento análogo al que posteriormente utilizaron los romanos. Además de estos itinerarios, se estima que disponían de mapas catastrales que quizá dibujaban sobre ladrillos o tablas como los caldeos, de tal manera que situaban a Egipto en el centro de la Tierra cuando hacían la descripción del mundo por ellos conocido. (Angel Madariaga)
Los mapas más antiguos que existen fueron realizados por los babilonios hacia el 2300 a.C. Estos mapas estaban tallados en tablillas de arcilla y consistían en su mayor parte en mediciones de tierras realizadas con el fin de cobrar los impuestos. También se han encontrado en China mapas regionales más extensos, trazados en seda, fechados en el siglo II a.C. Parece que la habilidad y la necesidad de hacer mapas es universal. Uno de los tipos de mapas primitivos más interesantes es la carta geográfica realizada sobre una entramado de fibras de caña por los habitantes de las islas Marshall, en el sur del océano Pacífico, dispuestas de modo que muestran la posición de las islas.
Los primeros mapas eran cartas planas (las latitudes se representaban con escala constante como si la Tierra fuera plana). La invención de dispositivos como la brújula y el cuadrante contribuyeron a la creación de mapas más exactos.
La tecnología siempre ha jugado un rol muy importante en el avance de la cartografía. Desde el telescopio hasta los escáneres, pasando por los satélites y las computadoras, numerosos inventos ayudaron a mejorar el trazado y análisis de mapas.
Definición de Cartografía
La cartografía es la ciencia que se encarga del trazado y el estudio de mapas geográficos. Sus orígenes son muy antiguos, aunque no pueden precisarse con exactitud ya que la definición de mapa ha cambiado con el correr de los años.
La cartografía es la ciencia que se dedica al estudio y a la elaboración de mapas que sirven para la navegación, para la ubicación del ser humano, etc. La palabra cartografía viene del griego y significa ‘la escritura de mapas’. La cartografía es una ciencia que existe hace siglos y que siempre fue de gran utilidad para la ubicación geográfica y espacial del ser humano, permitiéndole realizar todo tipo de viajes que, eventualmente, hicieron que pudiera unir todo el globo terráqueo.
La cartografía trabaja sobre una representación plana de la Tierra que facilita su exposición completa y que permite poner sobre una misma superficie todos los continentes, mares y océanos. Esta manera bidimensional de representar a la Tierra tuvo que ver en gran parte con la creencia (que duro milenios, hasta la Modernidad) de que nuestro planeta era plano. Gracias al aporte de numerosos científicos y pensadores, el ser humano logro comprender que la Tierra era redonda y así, con la ayuda de mapas apropiados, entendió que si partía de un punto y seguía derecho llegaría nuevamente a ese mismo punto.
Clasificación de Mapas
Los mapas se clasifican según su propósito, su escala y su uso.
En función del propósito del mapa
Aquí tiene dos divisiones:
- Mapas generales: Comprende el conjunto de los mapas con información general sin que un tipo de información tenga más importancia que otro. Encontramos: Mapas Topográficos, Cartográficos (grandes regiones, países, continentes) y Mapas del Mundo (mapa mundial).
- Mapas Temáticos: Es un mapa diseñado para mostrar ciertas características particulares y su distribución sobre la superficie terrestre, es decir con un propósito especial y se dividen en: Mapas Políticos (Limites), Mapas Turísticos (Vías, Hoteles, Parques), Mapas de Comunicación (Énfasis en vías de Comunicación Férrea), Cartas Náuticas o Aeronáuticas, Mapas Catastrales (División Judicial y Limites entre Linderos), Mapas Geológicos: Tipos Roca, Vegetales etc, Planos para proyectos de Ing. Civil (Vías, Puentes etc.)
En función de la escala:
- Escala Grande ≥ 1: 20.000
- Escala Media 1:100.000 > 1: 20.000
- Escala Pequeña ≤ 1: 100.000
Mapas aceptados por el ICA
Los acepta en tres grandes grupos:
- Mapas Topográficos: (incluye planos y mapas geográficos).
- Mapas de Rutas y Cargas: (para navegación y orientación).
- Mapas Temáticos: (referente a uno o varios temas específicos).
La cartografía, como toda ciencia, cuenta con un método de estudio así como también con los apropiados elementos de clasificación y categorización del conocimiento. En este sentido, es regla representar las formas físicas del terreno con diferentes colores que van desde el azul más oscuro para las zonas más profundas del océano, hasta los marrones más fuertes para las montañas más altas. Además, los mapas también pueden representar límites políticos, zonas y regiones no determinadas por los países, espacios de climas y biomas específicos, etc.
La longitud y latitud
De forma universal, cualquier punto de la superficie terrestre puede designarse a través de su latitud y su longitud.
La latitud representa la distancia al Ecuador del punto designado, y lo hace como una medida angular. Es decir, se expresa en grados, minutos y segundos al Norte o al Sur. Todos los puntos que se encuentran a la misma latitud forman un paralelo. Los trópicos de Cáncer (en el Hemisferio Norte) y Capricornio (en el Sur) y los círculos polares Ártico y Antártico no son sino paralelos determinados por las condiciones en que llega la luz solar a la Tierra a lo largo de las estaciones.
La longitud sirve para representar la posición Este-Oeste. Análogamente a los paralelos, los meridianos son las líneas de igual longitud, es decir, que unen en línea recta ambos polos sobre la superficie terrestre. A falta de un criterio geográfico más relevante, hasta el s. XIX no hubo un acuerdo sobre qué punto debería determinar el origen de las longitudes, si bien la mayor parte de la cartografía lo establecía en el extremo Oeste de la isla del Hierro (Tenerife), ya que hasta el descubrimiento de América éste era considerado el punto más occidental del mundo conocido. Posteriormente, en 1884 una conferencia internacional adoptó el criterio, igualmente arbitrario, de considerar la línea que une los dos polos pasando por el Real Observatorio de Greenwich (Londres, Reino Unido) el meridiano cero y origen de los husos horarios. No obstante, en España la cartografía realizada con anterioridad a 1970 consideraba como meridiano cero el que pasaba por Madrid.
Las proyecciones cartográficas
Para producir los mapas y otros productos cartográficos necesitamos trasladar la superficie terrestre, que es curva, a un soporte plano, sobre el cual se representa. Para ello se utilizan las proyecciones cartográficas. Existen muchas proyecciones distintas, pero suelen ser variantes de alguna de estas:
- En cualquier proyección, la fiabilidad es máxima en el punto o líneas de tangencia del plano con la superficie del esferoide, pero al alejarnos se producen deformaciones cada vez mayores; por eso es inevitable la existencia de distorsiones en el mapa final. La elección de una u otra proyección depende de factores como cuánta superficie representar (continentes, provincias, unos pocos kilómetros cuadrados), en qué zona de la Tierra estamos trabajando, cuál va a ser el uso del mapa, etc.
- En el caso de esta publicación, como en el de la mayor parte de los productos cartográficos de cierto detalle que podemos encontrar en todo el mundo, la proyección elegida es la Universal Transversal Mercator (UTM), derivada de la cilíndrica.
Mapas y planos
Según lo visto, la proyección de la superficie terrestre sobre un plano conlleva necesariamente la existencia de algunas deformaciones. Todo mapa tiene estas deformaciones. Sin embargo, si la superficie a representar es muy pequeña, es decir, en el caso de escalas muy grandes, las deformaciones inducidas por la curvatura terrestre en esa zona son de tan escaso valor que en la práctica no tienen representa ción en el producto final, al que no denominamos mapa sino plano.
Fuente: