Porque una imagen dice más que mil palabras, al visitar cualquiera de nuestros barrios capitalinos podemos ver el ingenio y la creatividad de nuestro pueblo, cosas como una escalera en hormigón armado totalmente vertical y disfuncional, sin ningún tipo de protección para los usuarios, casas hechas en medio de las aceras y calles, espacios públicos ocupados por familias, construcciones con materiales inadecuados, escaleras sobre las aceras y sin dimensiones adecuadas para un buen uso,dejando ver que no hay una autoridad que controle las construcciones en donde más se necesita.
Es en estos barrios urbanos donde se concentran en poco espacio y de una manera totalmente desorganizada una gran cantidad de viviendas, si así se les pudiera llamar, que no reúnen las condiciones mínimas de espacio o de distribución para que un ser humano pueda desarrollar sus actividades diarias de forma adecuada como nos merecemos todos los que dentro de un país vivimos, muchas veces espacios amplios mal distribuidos por falta de conocimiento.
Estos lugares en donde al momento de un terremoto de poca magnitud se producen miles de pérdidas humanas y materiales por no existir un control adecuado que le dé el seguimiento a las construcciones y remodelaciones y no es para nadie un secreto que las autoridades del sector construcción o los ayuntamientos que son los llamados a regular y supervisar este tipo de actividad que mueve una gran parte de la economía de nuestro país, y que es de suma importancia para el desarrollo de cualquier nación, no le dan la importancia que debería.
En muchas ocasiones se someten proyectos que son aprobados y luego en la construcción no se ejecuta nada parecido a lo planeado, esto por la falta de control en las supervisiones o por el populismo político.
Una solución sencilla para tener control y dar seguimiento es darle la importancia necesaria a los departamentos de planeamiento urbano de cada ayuntamiento, poner en ellos técnicos capacitados en el área, y no políticos que en muchas ocasiones por el clientelismo político no son profesionales de la arquitectura, dividir los sectores en cuadras organizadas, asignar arquitectos para dar seguimiento por zonas específicas, involucrar a las juntas de vecinos, iglesias, líderes comunitarios, y toda la sociedad civil de cada demarcación.
Los ayuntamientos y las oficinas de obras públicas a nivel nacional deberían brindar de una forma gratuita asesoría y porque no hacer diseños de viviendas, iglesias, distribución de terrenos para todos los dominicanos que habitamos en esta media isla, que tenemos derecho a vivir en espacios adecuados.
Arq. Hugo Omar Fernández