Oscar de Buen, un Maestro de las Estructuras de Acero

Disciplina, responsabilidad y tenacidad, son algunos de los distintivos que marcan la trayectoria académica y profesional del Oscar de Buen, uno de los ingenieros estructurales más destacados en nuestro país.

Sus colegas consideran que estas cualidades son solo modestas atribuciones junto a la genialidad que caracteriza al Ingeniero; mientras que el propio de Buen revela que desde niño tenía gran habilidad para las matemáticas, pero que ha requerido de “meter el hombro”,  refiriéndose al empeño y trabajo que requiere cada proyecto de ingeniería.

Como profesional, el reconocido Despacho de cálculo y diseño de estructuras Colinas de Buen – del que es fundador y parte – ha desarrollado desde hace seis décadas proyectos de ingeniería de gran trascendencia como lo son la Basílica de Guadalupe, la Torre de Pemex, el Estadio Azteca, la Torre AXA (antes Torre Mexicana) y el reciente Museo Soumaya. En el ámbito académico, una prolífica actividad y una extensa carrera como profesor de la UNAM le ha merecido múltiples distinciones y premios, además del reconocimiento y cariño de quienes tuvieron la fortuna de pasar por su aula.

Un experto en estructuras de acero, una mente crítica y un ejemplo a seguir para los jóvenes ingenieros, el Ingeniero Oscar de Buen nos recibió amablemente en su despacho de la Ciudad de México, ubicado en la Glorieta de los Cibeles, como aquella de su natal Madrid. Como empresa siderúrgica lo admiramos profundamente por utilizar la estructura metálica para dar vida a edificaciones funcionales que sorprenden. Nos identificamos con él, porque como nosotros, es un apasionado del acero. Aquí la entrevista que nos concedió.

¿Por qué decidió estudiar la carrera de Ingeniería Civil? Y en específico, ¿por qué especializarse en Estructuras de Acero? 

Nunca me senté a pensar qué iba a estudiar sino que me fui inclinando poco a poco hacia la ingeniería; yo tenía cierta facilidad para las matemáticas y en mis tiempos no había tantas posibilidades de elección de carreras como lo hay ahora. Ahora, por qué las estructuras de acero, pues probablemente por casualidad porque el primer trabajo formal que tuve al salir de la Carrera fue en una compañía de estructuras de acero. Con esa compañía hicimos el Auditorio Nacional, que fue mi tesis (la estructura), y pues me gustó más el acero que el concreto. Comencé a estudiar por mi cuenta y mientras más aprendía del acero, más me gustaba.

Nos podría mencionar un par de proyectos de construcción que considere han sido los más importantes o desafiantes que ha desarrollado.

El Auditorio Nacional, que originalmente se llamaba Auditorio Municipal, fue uno de los proyectos más desafiantes, porque además de la importancia y dimensiones que posee, fue el primer proyecto importante que me tocó desarrollar; claro que ningún proyecto lo hace uno solo y en ese entonces había gente más experimentada que yo, sin embargo yo fui el que más le metí el hombro.

Otros Proyectos importantes que hemos desarrollado son el Museo de Antropología, de manera específica la estructura de paraguas del Museo, ubicado en el patio principal. Y por mencionar algún proyecto industrial, parte de la Planta de Volkswagen en Puebla, además de la Basílica de Guadalupe y uno de los más recientes, el Museo Soumaya, en el Complejo de Plaza Carso.

Como todo, el acero tiene sus ventajas y desventajas. Las ventajas son que es un material muy resistente, a cambio de un peso relativamente ligero, comparado con una estructura semejante de concreto reforzado.

En dichos proyectos, ¿cómo ha sido su experiencia con las estructuras metálicas?    

Otra ventaja es que la estructura se prefabrica en talleres, entonces el problema básico es montarla, que sigue siendo un problema por todas las conexiones, pero es más rápido. Además, se puede estar fabricando la estructura mientras se hace la cimentación, algo que no se puede hacer con una estructura de concreto. Y en general, tiene mejor resistencia a sismos.

A cambio de eso, tiene como inconveniente principal la resistencia al fuego, que es menor que la de una estructura de concreto. Pero bueno, me parece que las ventajas pesan más que las desventajas.

¿Cuáles son las razones por las que hay que actualizar la normatividad de estructuras de acero en el Distrito Federal? 

La realidad es que las cosas evolucionan y con ello, debe hacerlo la normatividad. Nosotros nos apoyamos en las normas de Estados Unidos y ellos están publicando una nueva edición cada cinco años; aquí la última norma es del 2004, entonces ya es tiempo de incorporar no sólo lo que han incorporado en Estados Unidos, sino también otros estudios que se han hecho, básicamente fuera de México. Se está revisando en este momento y estamos trabajando en eso.

En su visión del futuro, ¿cómo imagina la construcción con acero en México?

El futuro de las estructuras de acero se ve promisorio, en el sentido de que la población va en aumento y  – para cubrir las necesidades que se demanda – se seguirá construyendo y se seguirá construyendo una alta proporción en acero. Y negativo porque existe en México una fuerte tendencia a importar no solo las estructuras de acero sino también diseños y otro tipo de cosas; llega inversión extranjera directa, pero la mayoría de las veces ya vienen amarrados muchos detalles. Pienso que esta tendencia se podría revertir con mayor inversión y financiamiento de compañías mexicanas.

Ahora por otro lado, en México prácticamente no se hace investigación en acero, más que en ingeniería sísmica y cada vez hay menos muchachos que estudian ingeniería estructural.

Para revertir esta tendencia, ¿cómo la iniciativa privada puede alentar la formación de ingenieros estructuristas en México?  

Quizás ofrecerles a los jóvenes algunos cursos y llevarlos a visitar plantas siderúrgicas o proyectos donde se utilice el acero, para poder estimular su interés porque cada vez hay menos estudiantes en estructuras de acero y desde hace algún tiempo en algunas Universidades se volvió una materia optativa.

Alentar además una mayor especialización en estructuras de acero, una maestría donde se brinde mayor énfasis en estructuras de acero, ya que la carrera de Ingeniería Civil es muy amplia; uno tiene que saber de estructura, de mecánica de suelos, de transporte, de construcción, entre otros temas, y se estudia mucho, pero no se llega muy a fondo.

Por último, ¿qué consejo le daría a un joven de las carreras de Ingeniería o Arquitectura?

Que cambien de carrera. Es una broma. A mí siempre me ha gustado. Yo he trabajo muy a gusto en lo que hago, es interesante y desafiante. No es una carrera monótona, cada día uno tiene que enfrentar problemas distintos. Lo que es cierto es que es una carrera a la que hay que meterle mucho trabajo, actualizarse y estudiar si uno quiere estar al día.

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