Las carreteras no se reparan y eso empieza a suponer un verdadero problema en las principales vías de la red de carreteras del Estado. Nos preguntamos Por qué no se Mantienen las Carreteras?
La inversión en el mantenimiento de las carreteras se ha reducido en un 38% desde el año 2009, y eso está haciendo que las carreteras poco a poco se vayan destrozando y llegará un día que serán intransitables
El presupuesto para el mantenimiento de toda la red de carreteras del Estado es de 818 Millones de euros para el ejercicio 2013. Una cantidad que tiene poco que ver con la cantidad de impuestos que los ciudadanos, y en concreto los automovilistas, pagamos cada año. Solo el Impuesto de Circulación representa una media de 100 euros por coche y son 31 millones de vehículos los que circulan por España. Y eso sin hablar del 50% del precio de cada litro de gasolina que usan los automovilistas, y los camioneros, y los motoristas.
Pero lo más curioso es que el poco dinero que se utiliza para este tema no se gasta en reparar tramos muy peligrosos o con graves problemas en el asfalto, por ejemplo, o en zonas muy transitadas, sino que se hace en algunos tramos que ni siquiera tienen tráfico.
España atraviesa una situación crítica, no se lo voy a descubrir yo a estas alturas,pero hay cosas en las que no se puede ahorrar. Y si se hace hay que medir y sopesar cada euro que se vaya a gastar para conseguir la máxima rentabilidad de la inversión.
En la M40 de Madrid, una carretera de circunvalación de mucho tráfico permanentemente, hay zonas en las que hay agujeros con trozos del asfalto arrancado que son un verdadero peligro para todos los que circulan por allí. Y lo peor es que por esta zona del este de Madrid son miles de coches los que circulan cada día. Por el contrario, hay tramos de carretera completamente nuevos, recién asfaltados que se mantienen como el primer día porque el tráfico que soportan a diario es de 15 o 20 coches.
En España tenemos un problema desde hace años y es que no tenemos sentido común. O hacemos las cosas a lo grande o no las hacemos, pero no sabemos hacer las cosas en su justa medida, como se hace en otros países de nuestro entorno.
El Real Automóvil Club de Cataluña ha elaborado un interesante informe en el que se analiza el coste de la siniestralidad en las carreteras españolas. El baremo que se utiliza a nivel internacional es que el coste de una víctima del tráfico es de 1.300.000 euros, y en el caso de un herido grave esta cifra se reduce a 176.000 euros. Por su parte la DGT utiliza un baremo ligeramente superior para hacer sus cálculos, con 1.400.000 y 219.000 euros respectivamente.
Estas cantidades representan la media de los gastos de tratamiento médico, de rehabilitación, de seguimiento de las secuelas, los costes ocasionados por la productividad perdida y los costes materiales de los propios accidentes.
En este estudio del RACC se han analizado 24.340 kilómetros de la red viaria entre los años 2009 y 2011 y se ha determinado un coste medio por año de esta partida degastos consecuencia de los accidentes de 64.182 euros por kilómetro para el conjunto de la red viaria española. Por contra, el coste de mantenimiento por kilómetro de carretera en 2011 fue de 38.206 euros.
Es decir, que el Estado paga casi el doble de dinero por los costes de los accidentes ocurridos en las carreteras que por mantener las carreteras. Con ello, todo el dinero que el Estado se ahorra en no hacer mantenimiento, se lo gasta en pagar las consecuencias de los accidentes. De entre los tramos analizados hay 1.295 kilómetros con un coste ocasionado por la siniestralidad de más de 200.000 euros cada año.
El sentido común parece indicar que realizar un buen mantenimiento, al menos en esos 1.295 kilómetros de carretera con un elevado riesgo de accidente, permitiría ahorrar mucho dinero en gastos médicos. Pero sobre todo podría ahorrar mucho en lo que no se puede valorar con dinero, como son las vidas humanas.
Lo peor es que cuando por fin el Ministerio de Fomento decide hacer una obra, lo hace a lo grande, se tira tres meses para reparar un carril de una carretera, el ejemplo de la N-1 en el año 2012, y se gasta todo el presupuesto que tiene en esa obra. Y el resto se sigue cayendo a trozos.
Imaginen por un momento que a partir de ahora, para reducir los gastos de la Sanidad, ya no se hacen más análisis, ni más radiografías, ni más pruebas diagnósticas. Lo que se ahorre en hacer esas pruebas que permiten detectar prematuramente una enfermedad se gastará multiplicado por cuatro o por cinco en curar las enfermedades. Pero habrá muchos casos que ya no tendrán cura.
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