No todo lo que brilla es oro. En materia de inversiones públicas en infraestructura y transporte, donde -como ya hemos mencionado en posts anteriores- la disponibilidad de recursos se hace cada día más limitada, se hace cada vez más necesario estudiar cómo y en qué se deben invertir dichos recursos a fin de maximizar los beneficios potenciales de dicha inversión.
Un Estudio de Factibilidad tiene como propósito establecer los pros y contras de una serie de alternativas técnicas (que algunos autores indican que se deben realizar en un estudio de prefactibilidad) y valorarlas económica, financiera, social y ambientalmente, a fin de determinar si una obra se puede desarrollar de manera posible, práctica y viable.
Esto es, para una obra concreta cuál es la solución que responde de de manera óptima a las necesidades de un problema. Considérese, por ejemplo, la necesidad de abastecer de agua a una población mediana. Existen dos posibilidades: Embalsar una fuente relativamente cercana o trasegar agua mediante una aducción mucho más distante.
¿Es la Geología en el sitio del proyecto adecuada para cimentar un embalse?¿Cuál es el resultado del balance hídrico en la cuenca del embalse?¿ Hay bancos de materiales cerca que permitan la construcción del embalse?¿Existen asentamientos humanos en la cuenca del embalse, obras de infraestructura como caminos, líneas de comunicaciones?¿Cúal es la superficie afectada y cuál es el uso actual de ese suelo?. Por el otro lado ¿Cuál es la mejor ruta para la aducción?¿Qué tipo de suelo tenemos para la excavación?¿Hay que atravesar terrenos privados?¿La carga de presión está en concordancia con la disponibilidad de tuberías disponibles en el mercado?¿Cuánto cuesta importar dichas tuberías?¿Cuánto demora el trámite?¿La topografía requiere la construcciónde obras especiales -pasos aéreos, disipadores de presion, tanques intermedios, etc-? Más importante aún: ¿Existe alguna solución que no se haya considerado antes? ¿Cuáles son los costos de pretratamiento y de tratamiento de ambas fuentes? ¿Cuáles son los ítems críticos en cuanto al costo de cada proyecto?¿Qué sale más barato?¿Cuáles son los beneficios y daños sociales y ambientales? ¿Se ajustan las soluciones a los recursos disponibles para la Inversión?¿Cuál es el tiempo de construcción y vida útil de ambos proyectos?
Estos aspectos (y muchísmos más que son propios de cada caso) y otros que no se me ocurren al momento de escribir este post, son sólo unos pocos de los que hay que considerar, en la búsqueda de la solución óptima de un problema en Ingeniería Civil, de este tipo. Cualquier omisión, voluntaria o involuntaria, puede y va a afectar el resultado de la comparación. Proyectos enteros han fracasado por una mala definición del problema inicial o una mala concepción de las alternativas.
Es lógico que como Ingenieros Civiles deseemos que se ejecuten proyectos de infraestructura y transporte. Puede que nos mostremos exageradamente optimistas al respecto, tratando de hacer énfasis en los aspectos positivos de un determinado proyecto. Un Estudio de Factibilidad (uno bueno) deber ser capaz de poner distancia entre nuestro optimismo inicial y arrojar luz sobre los aspectos negativos.
Los Estudios de Factibilidad son una cosa seria. En palabras de Ayn Rand: «Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de la realidad».
Comments (4)
PABLO BORGES - 4 julio, 2012
excelente, gracias
pedro ballena del rio - 4 julio, 2012
gracias por la informacion, estoy preparando un estudio de factibilidad para un proyecto y esto me viene muy bien.
Yuri Villavicencio-Fdez - 7 julio, 2012
Gracias por el comentario, es bueno saber que estos trabajos son útiles.
Geovani - 22 julio, 2015
muy muy bien explicado gracias