Usualmente en cualquier estructura con comportamiento lineal el porcentaje de amortiguamiento con respecto al crítico es independiente de la amplitud y aumenta de acuerdo al nivel de esfuerzo máximo del material constituyente.
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Ordinariamente se ha hallado que el nivel de amortiguamiento de los diversos modos propios o naturales de vibración varía poco con la frecuencia natural o propia de la estructura. El porcentaje de amortiguamiento depende casi exclusivamente de los materiales constitutivos y la tipología estructural. Aumenta ligeramente con la amplitud de la vibración, especialmente en estructuras de concreto reforzado muy agrietadas.
Existen casos excepcionales en los que el amortiguamiento es inversamente proporcional a la frecuencia o que varía en proporción a la frecuencia. En las estructuras de acero gran parte de la disipación de energía es por histéresis por lo que el % de amortiguamiento en función de la amplitud puede predecirse con precisión. En las estructuras de concreto reforzado como en las revestidas la degradación de la rigidez acompaña a la perdida progresiva de la capacidad de disipación de energía, pero esto no ocurre a la vez sino que ocurre cuando se genera cierto nivel de daño en el rango inelástico.
Originalmente el efecto de la excitación sísmica se reduce en la estructura debido al amortiguamiento de manera que aun pudiendo existir parámetros (tal como la aceleración del suelo) que pudiesen hacer incursionar la estructura en el rango inelástico esta aun se mantiene en el elástico. Debemos tener presente que diseñamos las estructuras de concreto reforzado para un 5% del amortiguamiento critico y el periodo es calculado en el rango elástico. Cuando la estructura sobrepasa su límite elástico el amortiguamiento supera el 5% y el periodo se incrementa ligeramente de manera progresiva a la vez que la rigidez inicia su degradación sucesiva y se llega a un nivel de desempeño en el cual acompañada por excesivas deformaciones y disminución en caída de la rigidez el amortiguamiento cesa.