SEXTA FICHA DE AUSCULTACIÓN ESTRUCTURAL – Los defectos en la MADERA.

La principal idea de generar unas fichas para la toma de datos en obra es la de no olvidarse de recavar toda la información necesaria; en ese sentido hay que generar una ficha adecuada a los elementos que vamos analizar, en esta ocasión veremos una dedicada a las estructuras de madera.

Si a estas alturas no hemos definido un código para nuestro proyecto, es que confiamos más en la suerte que en la información. Primero, identificaremos el elemento sobre el cual vamos a recavar los datos; por tanto como en casos anteriores incluiremos su función estructural, su situación, y en este caso indicaremos si se encuentra en la fachada exterior o principal, fachada interior, es vigueta de algún forjado, pilar o un elemento complejo como paneles, cerchas, etc. Todo lo anotado nos permitirá acotar la importancia de los defectos en función de la importancia estructural del elemento y su grado de exposición, lo que marcará de forma específica el nivel de rehabilitación que vamos a necesitar.

A continuación definiremos el tipo de madera, laminada o aserrada, si se trata de una especie conífera o frondosa, para lo cual deberemos haber realizado un repaso previo de los tipos más comunes para poder hacer esta determinación, un consejo práctico es el preparar un pequeño catálogo de alrededor de los 20 tipos de madera más utilizados y comunes en la construcción de la zona.

Deberemos precisar la posición del defecto detectado, si se muestra de forma ostensible o si se ha detectado en el interior del elemento ya sea por incisión por contraste al tacto o por el sonido de algún tipo de xilófago.

Acto seguido procederemos a Analizar el Aspecto exterior que el defecto ocasiona en el elemento, si hay agrietamiento, rugosidad, humedad (incluida la intensidad de dicha humedad), galerías de xilófagos precisando el diámetro de dichas galerías (lo que permitirá identificar el tipo de xilófago) o si la superficie se palpa exponjosa.

En el caso de que se hayan detectado bacterias, procederemos a definir que tipo de bacteria ha atacado a la madera, en la hoja hay 4 opciones de las más comunes; si el ataque es por hongos, deberemos determinar que tipo ha realizado el ataque al elemento, si son cromógenos, o si han desarrollado una pudrición parda, blanca ó cúbica; es evidente que en el caso de los daños en la madera, hay que tener un profundo conocimiento de los tipos de madera y los ataques comunes a esops tipos, ya que esto nos permitirá completar la ficha con mayor precisión.

 Ahora nos toca determinar, en el caso de tener un ataque por Xilófagos, que tipo de estos insectos son los que han atacado nuestra madera, polilla, carcoma, termitas, etc, un dato referencial para la determinación más precisa es el diámetro de las galerías que estos insectos dejan en la madera.

Por último tenemos un recuadro que nos permite señalar si hay algún defecto debido a agentes abióticos, como el agua, fuego, soleamiento, ataque de algún agente químico que pueda haber deteriorado la madera.

Como todos sabemos la madera por su constitución tiene mucha flexibilidad y suele soportar grandes deformaciones sin mermar su sección, por lo que hemos dejado un recuadro que permita cualquier observación importante de deformación, flecha, alabeo, torsión que pueda tener el elemento. A este respecto cabe indicar que cuando se utilizan elementos estructurales de madera que no ha sido adecuadamente desecada, suelen producirse deformaciones no deseadas producto de la desecación ulterior a la ejecución de la obra.

No hay que olvidarse siempre de anotar cualquier cosa que nos parezca “extraña” o “reseñable” en nuestra auscultación, toda información es válida, ya que nos permite refrescar la memoria sobre la escena de la patología. A estas alturas ya habremos adivinado que los materiales de construcción no son totalmente inertes, tienen un proceso vital que incluye su degradación y pérdida de capacidades resistentes, pero quizás es la madera el “más vivo” de los materiales de construcción, y por tanto no deberemos sorprendernos en absoluto de su capacidad de soportar estados patológicos que pueden revertirse con un adecuado tratamiento.

Por cierto algo que nunca deberemos de olvidar es hacer fotos generales (que abarquen todo el defecto detectado) y de detalles (podríasn ser en algunos casos verdaderas fotos de familia de termitas, polillas, o incluso jardines tupidos de hongos), así podremos determinar con mayor precisión nuestras observaciones iniciales.

No olvidemos cámara, baterias y tarjeta de memoria o carrete de fotos, aconsejo ASA400 o mayor, ya que generalmente tendremos poca luz al tomar las fotos interiores; y en el caso de la madera el color es muy, muy, muy importante, ya que algunos visitantes de la madera sólo se diferencia por el color.

 En la próxima veremos algo de utilidad para la medición de fisuras «in situ». . . ¿? . . .