La caracterización de un yacimiento de hidrocarburos radica en crear un modelo geológico-petrofísico del yacimiento, establecido por la integración de la información geológica, geofísica, petrofísica y de ingeniería del mismo.
Hoy en día, uno de los principales objetivos de la industria de hidrocarburos es conseguir la caracterización pormenorizada de los yacimientos para concretar los modelos estático y dinámico particulares; describiendo el yacimiento y su influencia sobre el flujo de fluidos en el medio poroso. Así como la distribución de los poros, los fluidos intersticiales y definir fracturas, con el fin de calcular reservas y establecer un plan de desarrollo óptimo.
Por lo cual, la caracterización es una etapa de vital importancia en el plan de aprovechamiento de un yacimiento de hidrocarburos y una herramienta esencial de la administración integral de los mismos.
Dicha administración precisa de un plan dinámico de explotación (aspectos técnicos y económicos, además de los componentes básicos de la administración).
Y esto se consigue a través de una correcta caracterización del yacimiento: descripción detallada del mismo, con el propósito de lograr una óptima caracterización estática y dinámica para conseguir una buena caracterización integrada.
Finalidad de la caracterización
El objetivo primordial de la caracterización es conocer las características de estas rocas y de los fluidos presentes en el yacimiento, para así poder establecer la geometría del mismo y el volumen de hidrocarburos almacenados; y su posterior tratamiento para su constitución como elemento principal.
Por otro lado, para definir el modelo a trabajar es necesario realizar los análisis exploratorios y espaciales de la zona; esto con la intención de obtener una mayor exactitud en el momento que se precise la elaboración del modelo.
Con toda esta información se puede entonces, estructurar un modelo que permita simular el comportamiento y caracterización del yacimiento bajo diferentes mecanismos de explotación y producción; para elegir así aquel que lleve al yacimiento a la óptima explotación técnico-económica: lo que conduce a minimizar los tiempos de exploración – explotación y los recursos destinados, tanto humanos como financieros.
Autor: Manuel Gómez Martínez, docente del Máster en Petróleo y Gas: Prospección, Transformación y Gestión de EADIC.