La explotación intensiva de los recursos naturales y el desarrollo de grandes concentraciones industriales y urbanas, sumadas a diversas actividades cotidianas provocan perturbaciones irreversibles del equilibrio ecológico general, problemas ambientales, cuyas consecuencias a largo plazo son muy difíciles de pronosticar.
El aire es el elemento principal para la vida del hombre. Así, la contaminación atmosférica se puede definir como la presencia en la atmósfera de uno o más contaminantes o sus combinaciones en tales cantidades y duración que puedan afectar a los seres humanos, animales y vegetación.
Los principales problemas ambientales provocados por los contaminantes atmosféricos de origen antrópico son:
Smog fotoquímico: se trata de la contaminación del aire por ozono, generado por reacciones fotoquímicas y otros compuestos. Como resultado de este problema ambiental se observa una atmósfera de un color muy oscuro. El ozono generado es oxidante y tóxico, pudiendo causar problemas respiratorios.
Smog reductor: contaminación del aire producida por hollín y azufre a causa de la oxidación catalítica del SOX. En los 50 se produjo en Londres una grave contaminación por este tipo de “smog” en la que murieron varios miles de personas, donde una bruma estancada aumentó los niveles de los distintos contaminantes atmosféricos.
Lluvia ácida: este problema ambiental surge cuando la humedad presente en el aire se combina con los NOX, SO2 y el SO3 emitidos por fábricas, centrales eléctricas, calderas, vehículos, productos derivados del petróleo, etc. Según la Unión Europea uno de cada cinco árboles se encuentra enfermo a causa de este problema. Algunos de sus efectos son acidificación de lagos, ríos y mares, daños a la vegetación, daños a las superficies de los materiales, empobrecimiento de suelos por arrastrar nutrientes esenciales, etc.
Disminución de la capa de ozono: fenómeno de contaminación atmosférica que se da a escala global. Este proceso está asociado a la posibilidad que tienen algunos contaminantes de desplazarse hasta la estratosfera. Este grave problema ambiental ha provocado un aumento de los casos de melanomas de piel, cataratas oculares, debilitamiento del sistema inmunitario, afección a cultivos sensibles a la radiación ultravioleta, etc.
Efecto invernadero: es provocado por varios gases como el CO2, CH4, O3, CFCs, H2O, N2O, etc., tienen frecuencias moleculares vibratorias en el rango espectral de la radiación emitida por la Tierra. Estos gases de efecto invernadero absorben y re-emiten la radiación en onda larga devolviéndola a la superficie terrestre, causando el aumento de temperatura, fenómeno denominado efecto invernadero. Como consecuencia de este problema ambiental, se dará un aumento de sequías en unas zonas e inundaciones en otras, mayor frecuencia de huracanes, progresivo deshielo de los casquetes polares, incremento de precipitaciones, etc.
El tráfico es el gran causante y el elemento distorsionador de la contaminación atmosférica en las grandes ciudades. La tecnología, por sí sola, es insuficiente para resolver este grave problema. A causa de esto, se debe replantear la ciudad en base a que el concepto de Ecología Urbana se abra un claro camino en la planificación, gestión y corrección medioambiental de las urbes, en las que escenarios y alternativas circulatorias, mapas de ruidos, mapas térmicos, etcétera, deberán ser elementos e instrumentos de planificación urbanística. Dos aspectos básicos se plantean como directrices a seguir dentro de la vigilancia y control de la contaminación atmosférica: la prevención de la misma y la información al público.
En EADIC mostramos día a día nuestro firme compromiso con el respeto al medio ambiente, si a ti también te preocupa, quieres proteger el planeta y dejar un mundo mejor a las generaciones venideras nuestro Máster Internacional en Ingeniería y Gestión Ambiental está diseñado para ti.
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Autor: Juan José Graña, profesor del Máster Internacional en Ingeniería y Gestión Ambiental de EADIC