Uno de los aspectos clave de las urbanizaciones de bajo impacto es conservar el sistema natural de drenaje de la cuenca, acondicionado a la nueva actividad urbana.
Esto se logra incorporando los cauces naturales armónicamente a la urbanización, de manera que no sólo cumpla con su función habitual de drenaje y almacenamiento temporal de las aguas lluvias, sino que también tenga funcionalidad como infraestructura de uso público. Por ejemplo , como parque o zona de recreación, o contribuyendo al paisaje,. Esto tiene dos consecuencias importantes. Por una parte disminuye dramáticamente el costo del sistema ya que si se mantiene la red natural, no es necesario construir grandes colectores, que son los elementos más caros del sistema de drenaje. Además las necesarias áreas verdes de toda urbanización tienen su lugar predilecto en el sistema de drenaje y los humedales, ya que en ellos es donde mejor se desarrolla la vegetación nativa, presentan continuidad y son los lugares más difíciles de urbanizar. A lo anterior hay que agregar que los colectores abiertos, cauces naturales y canales urbanos, son muy eficientes y versátiles para conducir grandes caudales, al contrario de lo que ocurre con los colectores cerrados que tienen una capacidad fija y deben ser diseñados para las condiciones de crecida s extremas, que significa un gran tamaño para una obra de uso esporádico.
De acuerdo a la experiencia de ciudades que han logrado un desarrollo con alta calidad de vida, los cauces de la red de drenaje y los humedales son zonas de conservación primaria que la urbanización debe respetar. Además se establecen áreas de conservación secundaria formadas por bosques, zonas de vegetación densa o terrenos de buena infiltración, las que se urbanizan con especial cuidado para respetar su aporte ecológico y ambiental. Las zonas de conservación condicionan la configuración en planta de la urbanización, las cuales pueden constituir áreas verdes continuas de gran valor para la comunidad (Arendt, 1996). Las quebradas naturales se pueden incorporar a las urbanizaciónes como parques-cauce o parques- inundables. Es decir corresponden a áreas verdes multifuncionales; sin lluvias son una zona de esparcimiento y recreación con importantes beneficios sociales y con aportes al paisaje del vecindario, mientras que durante las tormentas corresponde a un cauce urbano de drenaje. Hunter, 1994, hace notar que más del 95% de los colectores principales de la red de drenaje de aguas lluvias de Denver, EE.UU, está formada por cauces naturales o canales abiertos especialmente diseñados para esos efectos.
En este esquema una solución típica son los parques inundables, los que se componen comúnmente de dos partes: un canal de flujos bajos y una zona de inundación. Este diseño está especialmente orientado al drenaje de aguas lluvias, que presenta una gran variación de caudales y un funcionamiento intermitente. El canal de flujos bajos tiene como objeto conducir los caudales producidos por las lluvias frecuentes. Este canal es pequeño y necesita protección para evitar la erosión, ya sea de hormigón, mampostería o enrocado. El área de inundación tiene por objeto controlar las grandes crecidas, pero además durante los días sin lluvia debe ser un área verde y de recreación útil y amigable. Estos cauces presentan un diseño especialmente cuidado para incorporarse a la ciudad, y están muy lejos de ser los típicos canales de riego.
Comments (1)
Rafael Martínez - 19 diciembre, 2011
muy buenos aportes amigo Erick saludos desde El Salvador