Las tablestacas resultan más económicas que los pilotes laminados y se utilizan en las excavaciones para edificios.
Fig. 1. (a) Etapa 1 – Perforación del orificio. Se coloca la tablestaca en el orificio. Se rellena con concreto. En general el espaciamiento de los pilotes es de 6 a 8 pies (1.80 a 2.40 m) de centro a centro (b) Etapa 2 – Excavación para la primera hilera de atiesadores. Se preesfuerzan los atiesadores. Se pone un encostillado de madera entre las tablestacas. (c) Etapa 3 – Excavación e instalación de la segunda hilera de atiesadores.
Los tablestacas son vigas fuertes colocadas verticalmente a lo largo del perímetro de la excavación. El espaci8amiento entre tablestacas puede variar de 4 ó 5 pies a 10 ó 15 pies (1.20 ó 1.50 m a 3.00 a 4.5 m).
En la mayoría de los casos, se pone un encostillado entre las tablestacas, que puede consistir de tablas; pero, otras veces, es de placas de concreto precolado o de concreto colado in situ. Si se utiliza concreto colado in situ, puede ser el muro final permanente del edificio.
En algunos casos, el suelo es suficientemente firme para el enlace entre los pilotes. En esos casos, puede no utilizarse el encostillado. Si no se usa, el suelo que se encuentra entre los pilotes puede protegerse contra la desecación. La protección puede consistir en una aspersión de compuestos químicos o un recubrimiento con materiales plásticos o gunite. Además, es conveniente protegerse contra la posibilidad de que alguna porción de tierra caiga del frente vertical. Esto se evita colgando una malla de alambre o mediante material para cercas, a lo largo del frente, sujeto a los pilotes. En orificio, por encima del nivel de cimentación, se puede rellenar con tierra o con concreto delgado, de baja resistencia, que se pueda retirar con facilidad, al colocar el encostillado.
A veces, se perforan orificios para cada pilote, utilizando una perforadora barrenadora; pero la tierra no se saca del orificio. La perforación previa hace que resulte más fácil hincar los pilotes verticalmente.
El recubrimiento puede consistir en pilotes laminados, encostillados de madera entre tablestacas o tablas mantenidas contra los bordes de zanjas. En recubrimiento impide que la tierra se desplome de los cortes verticales y puede apoyarse contra el frente vertical con suficiente fuerza para evitar una falla de deslizamiento o corrimiento. En la figura 1. se muestra una de esas superficies de falla.
Por lo común, el encostillado se pone detrás de los bordes de tablestacas. Al poner encostillados y tablas de madera, es necesario que el recubrimiento esté apoyado firmemente en el suelo. El suelo, en su lugar tiene cierta resistencia; sin embargo, muchos suelos, tales como los arcillosos y los limosos, pierden resistencia cuando se les permite cierto deslizamiento y se desarrolla un plano de fractura. Por lo tanto, el recubrimiento se debe presionar firmemente contra el suelo para evitar que se inicie el deslizamiento. Entonces la resistencia del suelo ayuda a resistir los corrimientos. No obstante, si el suelo se desliza, aunque sólo sea una o dos pulgadas (2.54 ó 5.08 cm) en el hueco que se encuentra tras un recubrimiento flojo, habrá perdido gran parte de su resistencia natural y ejercerá mayor presión contra el recubrimiento. Cuando las excavaciones excesivas hacen que los recubrimientos queden flojos, será preciso utilizar un relleno, concreto o bloques de madera, detrás de las tablas del recubrimiento, para que éstas se apoyen firmemente contra el frente del suelo.
Si se produce algún ligero desplazamiento, aunque sólo sea de una pulgada (2.54 cm), los bloques de material pueden estirarse, haciendo que se produzcan agrietamientos. Esto puede causar daños a pavimentos o estructuras adyacentes. Lo que es todavía peor es que el suelo agrietado actúa como una esponja durante las lluvias, absorbiendo agua con rapidez, haciéndose más pesado e imponiendo mayores cargas al recubrimiento.
El encostillado se debe separar, con aberturas de ½ a 1 pulgada (1.27 a 2.54 cm) entre las tablas, para que el agua pueda correr hacia el exterior. En las aberturas se puede meter tela de saco o arpillera, para dejar pasar el agua, impidiendo que se desprenda la tierra (pérdida de tierra).
A veces, se construyen en hilera, lado a lado, pilotes colados in situ en perforaciones verticales. Estos actúan como una combinación de tablestacas y recubrimiento.
Comments (2)
Rafael Martínez - 2 diciembre, 2011
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CivilGeek - 2 diciembre, 2011
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